Nombres propios

«Dim Mak», por Esther Massats

Kill Bill Uma Thurman dim mak

Hemos cambiado. Frente al espejo, podemos verlo en una parte más o menos profunda de nuestros ojos. En la calle, nos cuesta reconocernos. La mascarilla deja asomar apenas un tercio del espejo del alma… «¿Eres tú?».

Esto nos ha tocado puntos vitales, nos ha afectado a través de todos los meridianos como el dim mak de Beatrix Kido a Bill en el corazón, cinco toques. No sabemos cómo ha venido, ni en qué momento mostrará su efecto.

Kill Bill Vol.2 (2004), Quentin Tarantino.

Una crisis es un relámpago que, o bien nos ciega, o bien nos ilumina, no estoy segura de si lo decía a menudo, o lo dijo una sola vez, Víctor Hugo. Esta crisis será un relámpago en la historia de la humanidad, un instante disruptivo, que ahora nos parece eternizarse. Estamos viviendo historia. Rescato ‘disrupción’; porque ‘salir de la zona de confort’, out of de box, innovación, responsabilidad social y creatividad –¿os suena verdad?– parece que eran las herramientas para cambiar y hacer evolucionar el mundo a. de C. (antes del Covid-19). Y aquí estamos compartiendo todos un worst case scenario en vivo.

El momento es ahora, la revolución es ahora. Sí, ¿pero hacia dónde vamos? No hay modo de saberlo, acaso intuirlo, aplicando una lógica sumisa a imprevistos como, por ejemplo, una remota, hipotética, pandemia mundial.

Desafiando los mecanismos del miedo, nos toca aprender a vivir en la incertidumbre sin dejar de apostarlo todo. Dejar salir del armario a la vulnerabilidad e instalarla como el mayor de los retos, perdiendo en la carrera hacia la salida cascos, guardabrazos, yelmos, codales, grebas y escarpes oxidados.

Vamos a restaurar, aunque quizás hagamos algo radicalmente distinto.

Esther Massats es creativa, copy, guionista, poeta et. al. Y, desde hace siete años, la responsable de comunicación y medios en El Celler de Can Roca.

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