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Este es el desayuno que Michelle Obama comía casi todos los días cuando era pequeña

La ex primera dama de Estados Unidos dio una entrevista en la que abordó temas gastronómicos como los desayunos que tomaba casi todo los días cuando era pequeña.

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Michelle Obama está muy involucrada con la alimentación saludable, especialmente en los más pequeños. Hace unos meses lanzó una marca de comida con este objetivo, y ya durante el mandado de su marido puso en marcha Let’s Move, un proyecto sobre nutrición sana para combatir la obesidad infantil. Ahora acaba de visitar el podcast Your Mama’s Kitchen, presentado por Michele Norris, que, como su propio título indica, aborda temas relacionados con la comida y Michelle Obama habló de su típico desayuno de la infancia, entre otras cuestiones.

Durante la conversación, Michelle reveló que cuando era pequeña odiaba el momento desayuno y que mientras en su casa se daban festines culinarios para iniciar el día, incluyendo cereales, huevos revueltos o fritos, tostadas, bacon y salchichas -su hermano era atleta-, ella era bastante quisquillosa con la comida.

Al final, «negoció» con sus padres una rutina gastro más convencional que consistía en un clásico sándwich de mantequilla de cacahuete con mermelada. Y ese es el desayuno que Michelle Obama comió casi todos los días hasta que fue a la unviersidad. Era «lo único que me gustaba», afirmó en el podcast.

Cambio su desayuno al llegar a la universidad

La ex primera dama de Estados Unidos continuó relatando su alimentación mañanera y contó que al llegar a la universidad sus desayunos cambiaron. Empezaron a gustarle los huevos y hasta llego a afirmar: «Ahora me gustan todos. Dame huevos benedictinos. Cualquier huevo, de cualquier manera».

Norris quiso saber si alguna vez había vuelto a comer aquel sándwich de la infancia, a lo que Michelle le respondió que no porque, además de que le había saturado, su hija Amalia fue alérgica a la mantequilla de cacahuete cuando era niña.

Otros aspectos gastronómicos que Obama contó en la charla fueron las comidas que le recordaban a su casa, como las tartas caseras de su madre o la «receta heredada de nuestros mayores de Carolina del Sur», una especie de arroz rojo que se elaboraba con arroz, tomate espeso, bacon, salchicha picante y gambas, similar a la jambalaya.