La realidad ha impuesto su mandato durante demasiado tiempo para que todos reflexionemos sobre lo mucho que apreciamos salir del confinamiento. Marina San José (Madrid, 1983) conoce esa sensación doblemente: su último trabajo en teatro, Escape Room, es una comedia «de miedo» que habla de todas esas tensiones que afloran cuando cuatro amigos ponen a prueba su amistad en el famoso juego donde la estrategia y la convivencia entre los miembros del equipo pueden dar con la clave para salir airosos.
La actriz está radiante con su regreso a las tablas. Junto a Antonio Molero, Leo Rivera y Kira Miró, acaban de reabrir el teatro Fígaro de Madrid con esta divertida comedia de Joel Joan y Héctor Claramunt que hace seis meses agotaba localidades. Y seguirán haciéndolo, porque reír es una muy buena salida.
![Los actores de la obra Escape Room](https://www.tapasmagazine.es/app/uploads/2020/09/escape-room44-1024x683.jpg)
En esa caja de sorpresas que también es el teatro, Marina ha encontrado un lugar en el que se maneja muy bien desde hace 15 años: “Me siento muy cómoda en el teatro, porque empecé ahí, aunque en realidad una es actriz en cualquier formato”, aclara, y lo dice ella, que en su currículum cuenta con la friolera de 423 capítulos en la serie Amar en tiempos revueltos… Y últimamente se ha hecho con un registro cómico muy interesante. “Cuando hay risas, el público está más presente, pero da mucho gustito oír a la gente en el patio de butacas”.
Actuar, viajar… comer
La nueva normalidad en teatro también ha impuesto sus normas. En su caso, el aforo reducido y las pertinentes pruebas serológicas y PCR. “Hemos cambiado algunos aspectos y gestos de la coreografía en escena, en vez de besos hay abrazos”, aclara. Y también, para los más hipocondriacos que se resisten a salir de casa, hace un llamamiento a la calma: “Piensa que en el teatro se toman todas las medidas de seguridad y que, al igual que vas a la compra y estás una hora en el mercado, con tu mascarilla estás seguro”, aclara. Y sin moverte de la butaca.
El teatro es un juego y un ejercicio de convivencia, pero con un aliciente extra: “Cuando haces teatro fuera de casa estás prácticamente las 24 horas del día con tus compañeros. Pero para mí son también giras gastronómicas, donde siempre estamos pensando en dónde comemos o cenamos. Es una gozada. Conocer las comidas de cada pueblo y cada ciudad es un gusto, te abre la mente, te cuenta lo que somos”.
Marina es hija de Ana Belén y Víctor Manuel, dos artistas que le han legado el amor por su trabajo de una manera muy natural y realista, algo muy valioso en momentos como el actual: “Ésta es una profesión para toda la vida y hay que hacerse a la idea de que hay parones, y que hay que saber gestionarlos. Pero cuando asumes que es tu forma de vida, es muy gratificante”, y lo dice agradecida, aunque reconoce que sus padres no son ‘de dar consejos’: “Ellos son más de ‘tira, aprende, equivócate y ya aprenderás”, cuenta. Lo que sí le han dejado, especialmente su padre, es un legado muy gastro. “En casa siempre se le ha dado mucha importancia a la comida y eso se nota, aunque yo de niña comía fatal…”, bromea.
![La actriz Marina San José](https://www.tapasmagazine.es/app/uploads/2020/09/MarinaSanJosé-949x1024.jpeg)
Aquello se arregló y hoy es toda una gourmetilla: “Me gusta mucho cocinar, porque me gusta mucho comer”, confiesa. Y dio fe de ello tras su paso por MasterChef Celebrity donde, antes de entrar en el concurso, pasó por las cocinas de dos restaurantes madrileños: La Tasquita de Enfrente, con Juanjo López, para aprender la dinámica de un restaurante –“en una cocina no hay posibilidad de fallo, funciona como un reloj”–, y Florida Retiro, con el chef Joaquín Felipe, “que me enseñó a hacer un fumet maravilloso que me guardo para siempre, porque está riquísimo”.
La comida, para ella, es sinónimo de felicidad. Y lo resume en una escena real: “Después del confinamiento, el primer día que salí a una terraza y me sirvieron un menú, me eché a llorar”, pero eran lágrimas de alivio… y de alegría.
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