Nombres propios

Almudena Amor: “Si gano el Goya, con quien me gustaría brindar es con mi abuelo, aunque ya no esté… ”

Es una de las grandes favoritas para hacerse con el premio de Mejor Actriz Revelación en la ceremonia de este sábado.

Almudena Amor (Madrid, 1994) ha llegado como un alud al mundo de cine patrio. Con tan sólo dos filmes en su carrera, su personaje en El Buen Patrón la ha llevado a estar en boca de todos los críticos y, también, en todas las nominaciones como mejor actriz revelación del año.

Independientemente de si se hace con el cabezón soñado este fin de semana, la madrileña trasmite con credulidad unas infinitas ganas de aprender y de vivir, con calma, todo este aluvión de popularidad. Almudena es discreción, ingenuidad y paz; la misma que trasmite en una entrevista o en su día a día con sus amigas, su pueblo y su familia, lo que le hace estabilizar toda esta locura de la admiración repentina.

¿De dónde sale Almudena Amor y cuándo empieza en el mundo de la interpretación?

Empecé a hacer teatro con quince años en el cole y ya desde pequeña me flipaba. Lo que pasa es que, a los dieciocho, cuando tuve que decidir qué hacer con mi formación, no me sentí capaz de decidirme por la interpretación, porque no tenía ningún referente en mi familia y lo veía como algo imposible así que empecé publicidad.  Pero no dejé de hacer teatro, empecé con movidas de modelo y publicidad y me di cuenta de que me gustaba rodar y se me daba bien. ¿Por qué me iba a seleccionar un anunciante entre 3000 chicas y no lo iban a hacer para una película si lo intentaba? Al acabar la carrera tuve una crisis fuerte de decir: ¡Qué he hecho! Si esto es lo que quiero hacer toda mi vida y comencé a estudiar interpretación.

Pocos años después estás Nominada al Goya como actriz revelación por la película más nominada en la historia, El Buen Patrón, ahí es nada.

Es muy fuerte todo.

Cuando comenzasteis rodaje, ¿pensaste que tu personaje te llevaría en este lugar?

No, ni de coña. Si que sabía que el hecho de hacer una película con Javier Bardem y Fernando León de Aranoa iba a tener repercusión, iba tener su público, sin duda. Pero claro, nunca te imaginas hasta dónde va a llegar, cuando estaba rodando sólo pensaba en que saliese bien el rodaje y ya. Cuando te dicen que vamos a presentar en San Sebastián, que la taquilla va bien… poco a poco te vas dando cuenta que es un proyecto de gran magnitud.

¿Asusta?

Sí que asusta a veces, pero que yo creo que me va a pasar siempre, en este mundo nunca sabes lo que va a venir después. Empiezas un proyecto y más o menos sabes que en un tiempo vas a terminar y luego, a ver qué pasa. Supongo que llegar a una estabilidad en ese sentido es muy complicado y que hasta esa estabilidad también se puede romper cualquier día. Creo que lo que me asusta es lo que me gusta, que es conocer gente, cambiar de proyectos. No sé, creo que es una profesión muy enriquecedora a la vez que es dura, tiene las dos caras.

¿Cómo es rodar con Javier Bardem?

Increíble, fue como hacerme ocho másteres, pero encima cobrando (risas).
La verdad es que es un gran compañero, muy buen profesional y me hacía sentir súper cómoda, como con mucha confianza. Observarle es increíble, en cada escena, en cada toma siempre tiene un montón de propuestas, está todo el rato vivo. Es muy fuerte desde dónde crea el personaje, cómo se transforma. No sé, aprendí mucho.

Tu personaje es un cliché absoluto del patriarcado, ¿te costó mucho prepararte el papel?

Me costó porque creo que lo llevo un poco desde la inocencia, creo que ella al final sí que tiene un punto como que a pesar de parecer que lo tiene todo como muy controlado, parte mucho desde unos sentimientos como bastante inocentes. Yo evité totalmente juzgarla y la aborde desde la empatía y creo que conecté también con un lado mío un poco más adolescente, a lo mejor de ese amor más obsesivo y creo que al final, de alguna forma, todas hemos podido conectar con ella. Me esforcé en evitar hacer un cliché, mi intención era crear una chica con una personalidad con sentimientos y no hacer un estereotipo.

Se te ha calificado como una de las grandes promesas del cine español, ¿cómo se digiere esto?

A veces da un poco de vértigo porque parece que ya la gente va a esperar algo de ti, como que esto te coloca en una posición en la que parece que estás. Pero no sé, yo intento como estar conectada con lo que yo soy, con lo que siento y no tanto con las etiquetas que se me ponen, que yo las agradezco porque al final no dejan de ser súper positivas y me dan fuerza para seguir currando, para motivarme, para decir joder, qué guay. Las cosas están yendo a favor, pero yo soy muy consciente de que soy una actriz súper joven, que estoy aprendiendo, que todavía me queda un montón de recorrido, ya se irá viendo lo que pasa. Intento no tener mucha expectativa porque ahí, sí que me cago de miedo.

Acabas de estrenar ‘La Abuela’, tu primera película donde llevas todo el peso… ¿cómo es trabajar con Paco Plaza?

Imagínate, que tu primera película sea ser protagonista con Paco Plaza es como que no te lo puedes creer y muy guay porque a Paco le encanta dirigir actores, tener caras nuevas porque cree que el público conecta más. Es una persona muy sensible, con mucha empatía, rodando estuve muy tranquila. Al ser mi primera película y enfrentarme a un personaje tan grande con un recorrido emocionalmente complicado, me sentía como muy apoyada en un personaje y en él. Sentía como que, aunque no fuera un actor más en una forma, el director al es con quien estaba en comunicación y no sé, el primer día, justo antes de empezar, me dijo una frase: “no tengas miedo”, que era curioso porque vamos a rodar una peli de miedo. Me ha ayudado mucho a confiar en mí y me enseñó muchísimo. Paco tiene una forma especial de hacer cine, de valorar el cine como arte, tiene algo artístico súper potente en su forma de rodar y a mí me encanta.

¿Cómo lidias con ese miedo?

Pues intento estar mucho en la tierra, muy cerca de mi familia, de mis amigos, terapia y hace cosas que me gustan, hago danza y eso me ayuda a estar muy conectada a mi cuerpo, me ayuda a no perderme. De repente, hubo muchas situaciones nuevas, muchas personas hablando de mí misma que no me gusta, porque eso significa que es parte del trabajo, que está yendo bien, obviamente, pero me cuesta todavía. Me mola como ir a otras personas, contar otras historias porque me estoy presentando de alguna forma a la industria, soy la nueva y tengo que decir hola. Estoy aprendiendo poco a poco, me está ayudando un montón todo esto, aunque a veces sea difícil, como a conocerme mejor, porque yo también al tener que hablar de mi misma de alguna forma, es como que tú también te vuelves a conocer, vuelves como a pensar, qué me ha llevado hasta aquí.

¿Te hace reflexionar?

Muchísimo, sobre mi camino y sobre los motivos por los que estoy aquí. De alguna forma, siento que como que me está reforzando mucho como persona, como estar más segura. A veces son muchas cosas, pero luego te das cuenta de que, si las sabes aprovechar es una oportunidad increíble para crecer como persona, conocerte a ti misma.

¿Y cómo es Almudena en su día a día?

Pues súper tranqui. Con mis amigas, con las clases de baile, me encanta caminar. También me gusta mucho subirme al campo, pero todo bastante tranquilo. Me gusta un montón estar en casa, viendo pelis, leyendo, bastante casera.

¿Te gusta cocinar?

Sí, me gusta cocinar, pero prefiero comer que cocinar, me flipa comer y probar cosas nuevas.

Si tuvieras que invitar a un actor o actriz a cenar, ¿a quién elegirías?

Me iría a cenar con Bárbara Lennie, creo que nos iría de cine. Y también me encantaría cenar con Miranda July, pero claro, está muy lejos eso (risas).

¿Con quién te gustaría brindar primero si te llevas el galardón?

A lo mejor es un poco rara en esta respuesta, pero creo que brindaría con mi abuelo, que en realidad está muerto, pero creo que habría algo como de con él antes que con nadie. Él me ha ayudado un montón todo este tiempo.