La crítica que defiende Víctor Sanchego es la siguiente: «¿por qué se empeña la gente en echarle aceite de oliva a nuestra tostada de jamón ibérico? Es como si a una tarta de chocolate le echas azúcar por encima”. El resultado acaba siendo una explosión de aceite en la boca.
El experto jamonero aparece explicando su teoría en un vídeo que ha generado revuelo en las redes, al tratarse de una combinación inédita y extraña que nunca nos podríamos haber imaginado. En su tostada, sustituye el clásico aceite de oliva por un baño de café con naranja. Sanchego lo justifica diciendo que «la grasa del jamón ibérico contiene más de un 60% de ácido oleico, el mismo componente del aceite de oliva virgen extra”. Al colisionar en la boca esa gran cantidad de aceite, las papilas se saturan. «En vez de ayudarle a potenciar el sabor, lo está restando», dice el jamonero.
A pesar de la controversia, muchos de los usuarios que se han aventurado a probarlo han aprobado finalmente el plato, puesto que, al fin y al cabo, le acaba aportando una serie de aromas a la tostada, sin alterar su perfil de sabor organoléptico con más aceite. En su lugar, Sanchego baña la tostada en café con ralladura de naranja, lo tuesta, y posa el jamón ibérico encima, haciendo que esa función de ‘limpiar el paladar’ la lleve a cabo el café con su sequedad. ¿Y tú, en qué bando estás?
