Reportajes

La huella hídrica de los alimentos que comemos

Sobre el agua invisible detrás de nuestra dieta.

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La huella hídrica es la cantidad de agua necesaria para producir lo que comemos; para llevar a cabo todos los alimentos que requieren de grandes cantidades de este líquido esencial.

En términos de sostenibilidad, se aconseja a la sociedad conocer la huella de los alimentos y bebidas para poder modificar la dieta y así cuidar el planeta. Y es que, prácticamente el 70% de nuestro consumo diario de agua se emplea en nuestra alimentación a nivel mundial, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).

La emergencia climática, y la consecuente sequía global, están limitando la cantidad de agua disponible para consumo humano, la agricultura y la industria. En este sentido, el español medio consume unos 166 litros diarios, distribuidos entre duchas, coladas, cocina u otras tareas de la limpieza.

Con el fin de paliar este paradigma sumido en la sequedad absoluta, seguir dietas sostenibles y saludables, como puede ser la mediterránea, basada en fruta, verdura y pescado conlleva directamente al ahorro de agua, ya que las grasas animales y los lácteos son los alimentos que más agua necesitan para llevarse a cabo.

Para producir 1 kilo de carne de ternera se necesitan 15.000 litros de agua, y de pollo casi 5.000. Por otra parte, los expertos en temas de salud recomiendan consumir a lo sumo entre 200 y 500 gramos de carne a la semana.

En cuanto a la elaboración de la leche, se emplean 1.000 litros de agua por kg, mientras el queso demanda 4.000 litros.

De igual forma, las bebidas tienen un gran impacto en el gasto de H20. Una taza de café es equivalente a 140 litros de agua, un litro de cerveza a 150 litros de agua y una botella de vino implica un gasto de 750 litros.