Reportajes

Foodtech: así será la comida que alimentará a las generaciones futuras

Proponen un viaje a la comida del futuro con la ambición de convertirse en un nuevo eslabón hacia una industria agroalimentaria más sostenible.

¿Ya ha probado un chorizo vegetal? Es una de las propuestas de la empresa Heura, especializada en sustitutos de las proteínas de la carne. También es posible disfrutar de la cremosidad y sabor del queso gracias a semillas de melón, aceite de oliva y fermentos de Väcka o huevos veganos de la mano de Oubo. Estas son algunas de las consecuencias del impacto de la cultura emprendedora startup en el frigorífico del consumidor. Y esta es la punta del iceberg más vistosa del foodtech, porque sus propuestas son cada vez más radicales, para los alimentos con que llena su frigorífico y para hacer de la industria agroalimentaria un ejemplo de sostenibilidad. Y es que las alarmas sobre los efectos del cambio climático en la agricultura y ganadería, son cada vez más preocupantes.

Por ejemplo, con su impacto en la producción de cereales o del lúpulo. Las cosechas en productores de referencia como Alemania o República Checa cayeron, respectivamente, el 28,6% y el 48,3% en 2022. Pues bien, antes de que los lectores cerveceros colapsen, la buena noticia es que la foodtech madrileña Ekonoke propone su cultivo controlado en interior. La empresa Hijos de Rivera, productores de Estrella Galicia, ya prueba su eficiencia tras decidir levantar una planta piloto. Habrá que esperar a degustar su resultado.

Según explica David Lacasa, socio de la consultora de innovación especializada en el ecosistema de alimentación Lantern, para que una empresa sea considerada foodtech “tiene que aportar una mejora tecnológica innovadora, de modelo de negocio o de propuesta de valor, al sector de alimentación y bebidas. Puede ser un producto final, una tecnología o un servicio”.

Así, los servicios son la tercera y última de sus líneas de propuesta. Los tápers de Wetaca corren de boca en boca de singles y familias digitalizadas, gracias a su servicio de suscripción de menús semanales de comida casera y natural. Y para no tener que pensar ni en qué comer mañana, el exconcursante de la primera edición de Masterchef y empresario Efrén Álvarez, junto con su socio, Andrés Casal, han diseñado una suscripción con inteligencia artificial que puede elegir los platos para cada día según los gustos del cliente. Los 16,2 millones de euros de facturación de Wetaca en 2023, dan buena muestra de que la fórmula funciona.

Soluciones para hostelería, como las cartas digitales QR de PowerUp Menu, o, para la industria de la distribución, como las etiquetas inteligentes de Oscillium que cambian de color para alertar sobre la frescura de los alimentos, dan idea de hacia dónde llega el poder de disrupción de este movimiento emprendedor.

España se la juega

La foodtech se ubica así como un nuevo eslabón dentro de la cadena de la industria alimentaria española, llamado a ser protagonista por su capacidad para encontrar fuentes alternativas de alimentación y propiciar unos procesos más sostenibles. Y parece contar con el respaldo del capital, en 2023 las 420 startups que lo conforman captaron 226 millones de euros según el Fostering Collaboration for Sustainable AgriFood Excellence, un informe de ICEX Spain Export and Investment para promocionar su presencia internacional: ‘Estamos convencidos de que esta apuesta decidida por la innovación como factor diferenciador de nuestra industria alimentaria, es la mejor herramienta para añadir valor y fortalecer nuestra capacidad exportadora y el futuro de nuestro planeta’, afirma su CEO, María Peña.

‘Ahora es el momento de pisar el acelerador y marcar una estrategia que nos permita liderar a nivel europeo y mundial este movimiento’, apunta Lacasa: ‘Tenemos que mantener la ambición de ser un referente’.

Ilustración de Carmen Casado.

Desde Lanzadera, una de las grandes incubadoras de empresas españolas creada por el presidente de Mercadona, Juan Roig, explican que ‘España se posiciona como el quinto ecosistema foodtech con mayor inversión en Europa, después de Alemania, Reino Unido, Francia y Países Bajos’. Lo explica Mariano Lasala, director de proyectos de Lanzadera, una institución que también es puente de colaboración entre la gran industria del sector y el tejido foodtech. Según asegura, se colabora con corporaciones agroalimentarias en busca de “soluciones para la cadena de distribución, para trazar y reducir el impacto que genera su actividad dentro del sector y poder cumplir con los objetivos de la agenda 2030”. En Lanzadera llevan además varios años “viendo soluciones para la digitalización de la hostelería, tanto para el delivery [la entrega a domicilio] como para los procesos del restaurante, para poder sacar más valor y tener una mayor eficiencia en procesos y, por tanto, en costes. Más recientemente, han llegado empresas de creación de nuevos alimentos y otras centradas en la eficiencia de la cadena de suministro agroalimentaria”.

Sustitutos de la proteína animal

Retomando las propuestas que buscan la sorpresa del amante de la cocina preocupado por los efectos medioambientales de la ganadería, hay que prestar especial atención a los sustitutos de la proteína animal. Su alto consumo es uno de los factores más desestabilizadores del actual status quo en la alimentación global. Más aún cuando parte de la población de países como China o India se suman a los niveles de consumo de otras regiones como la europea o norteamericana. Según estimación de Greenpeace, la ganadería europea “genera tantos gases de efecto invernadero como todos los coches, trenes, barcos y aviones juntos”, siendo responsables del 14,5% de sus gases de efecto invernadero.

Las foodtech españolas tienen muy monitorizado este problema. Wevo o Uobo son dos alternativas veganas al huevo tradicional, pero el que se está llevando al huerto al comedor de hamburguesas, es Heura Foods.

Este proyecto, fundado en 2017 por dos jóvenes emprendedores, Marc Coloma y Bernat Añaños, se ha convertido en uno de los referentes europeos a la hora de prometer experiencias cien por cien cárnicas totalmente vegetales. Con una amplia penetración en los canales de distribución más generalistas, ya cuenta con clásicos como nuggets o chorizo cien por cien vegetales sin ningún tipo de aditivos. El pasado mes de enero anunciaba el cierre de una nueva ronda de financiación de 40 millones de euros, fondos destinados a la creación de nuevas patentes y a fortalecer su lanzamiento internacional, ya significativo en Europa.

Y es que la investigación no lo es todo. Muchos proyectos de foodtech fracasan por su reducida capacidad para llegar al mercado, a otras industrias o consumidores: ‘La mayor parte de la innovación no cuenta con inversión en comunicación, y eso dificulta mucho que su propuesta pueda entenderse bien por parte del consumidor. Es importante ser muy claro, conciso y relevante, en la propuesta de valor’.

Para Lacasa, ‘este es un problema estructural del ecosistema alimentario español. Hay un exceso de empresas demasiado pequeñas, lo que complica mucho su viabilidad en el largo plazo y su capacidad de crecer. El sistema debe favorecer la integración para formar líderes en su sector. Esto es también aplicable a las startups. Seguramente veamos movimientos en este sentido en el corto plazo’, vaticina. Un paso que parece decisivo para que el sector foodtech español eche raíces profundas, aunque sea en sus laboratorios.