Que estés salivando a la vez que lees el titular por cuarta vez es una reacción que entendemos perfectamente, pero mejor lo vas a entender tú cuando descubras todo la explosión de sabores que te esperan una vez el flan esté preparado y tú estés atacando cada uno de sus costados con una cuchara sopera. Danos un rato para prepararlo y prometemos que es todo tuyo.
Ve pensando si lo vas a tomar como plato principal o como postre. Nosotros como entrante, que no podemos esperar más.
Ingredientes:
- ½ calabaza madura.
- 250ml de leche.
- 40g de azúcar.
- 2 huevos.
- Un puñado de piñones.
- 1 taza de azúcar moreno.
- Aceite de oliva.
Preparación:
Calentamos el horno a 180 grados y dejamos que la calabaza se ase durante 30 minutos (el tiempo depende del tamaño y la dureza de la calabaza). Pasado este intervalo de tiempo, sacamos del horno y reservamos.
En el vaso de una batidora ponemos la cantidad indicada de leche, de azúcar refinada, los dos huevos cascados y la calabaza asada picada. Licuamos hasta conseguir una mezcla homogénea lo menos espesa posible (es probable que tengamos que añadir más leche y seguir licuando hasta conseguir una mezcla fina).
Una vez tengamos todos los ingredientes licuados, en una sartén con fuego bajo y aceite caliente, añadimos los piñones. Dejamos que doren y cuando estos frutos secos tengan el aspecto deseado, añadimos el azúcar moreno y no dejamos de remover hasta que empiece a caramelizar. Pasados dos o tres minutos retiramos del fuego.
Emplatamos el flan en pequeños moldes y vertemos una cucharadita de piñones caramelizados en la cobertura de cada uno de ellos. Repetimos el proceso con todos los moldes y los dejamos enfriar en la nevera durante dos horas.
Sacamos los flanes de la nevera y comemos en frío.