Actualidad

De ostras a pudin Victoria: así fue el lujoso menú del Titanic subastado por 84.000 libras

La ostentosidad se sirvió en grandes dosis en una de las últimas veladas del transatlántico que derivó en un trágico naufragio.

Haz clic aquí para leer la versión en inglés.

El cofre sumergido del Titanic se abre una vez más para extraer sobre la superficie nuevos objetos de coleccionista para los devotos de su historia y de toda la imaginería nostálgica que la envuelve.

El menú que los tripulantes de primera clase a bordo degustaron al caer la noche del 11 de abril de 1912 en el barco, se recuperó del naufragio junto a otros artículos marítimos para subastarse por 84.000 libras en la casa de Henry Aldridge & Son de Devizes, Wiltshire (Reino Unido).

El afortunado millonario que se ha hecho con el bote podrá recrear ahora esa icónica escena gastronómica en la era actual, protagonizando otro acto histórico tras haberse hecho con un nuevo menú raro del Titanic, sumándose a otros como la subasta del menú del último almuerzo del barco, que se vendió por 120.000 dólares en 2012. Tres años más tarde, el menú de la última cena servida a los pasajeros de primera clase se vendería por más de 118.000 dólares.

El opulento menú a bordo

Dentro del suculento festín de primera clase, estimado entre 50.000 y 70.000 libras por comensal, podían encontrarse platos de alta cocina como ostras, cordero de primavera con salsa de menta, pato azulón en salsa de vino, pollo asado, guisantes, puré de chirivía, helado o pudin Victoria.

Andrew Aldridge, director gerente de la casa de subastas, declaró que aunque se sabe que han sobrevivido algunos menús del barco, éste es el único ejemplar conocido de la noche del 11 de abril, tres días antes de que el transatlántico más famoso de todos los tiempos chocara contra un iceberg.

El valioso objeto fue descubierto en un álbum de fotos de los años sesenta, tras la muerte de Len Stephenson, un entusiasta historiador de Nueva Escocia; y se enmarca dentro de una subasta mucho más amplia que incluye toda una constelación de artículos marítimos. Entre ellos, una manta de tartán de la White Star Line recuperada de un bote salvavidas del Titanic y un reloj de bolsillo propiedad de un pasajero de segunda clase, un inmigrante ruso, que no logró sobrevivir al trágico hundimiento.