«El bebedor culto abandonará las vacías marcas y, bebiendo bien, participará en la restauración de uno de los paisajes vitícolas más insólitos del mundo. El tren de los grandes vinos ha llegado».
«El bebedor culto abandonará las vacías marcas y, bebiendo bien, participará en la restauración de uno de los paisajes vitícolas más insólitos del mundo. El tren de los grandes vinos ha llegado».