Personajes

El brownie que enamoró a Elizabeth Taylor

El chef privado de la estrella del cine confiesa algunos de sus ‘guilty pleasures’.

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En el minibar de su dormitorio, Liz Taylor guardaba una serie de imprescindibles o ‘reservas’ que nunca podían faltar. Agua con gas, refrescos light y un dulce delicioso “por si lo necesitaba en mitad de la noche”, según recoge EatingWell.

El medio tuvo la oportunidad de hablar con Neil Zevnik, un chef privado que trabajó para Taylor durante casi 20 años, el cual reveló qué tenía en su mininevera la icónica actriz y activista. Pero, ¿de qué se trata? De una receta propia del chef: una mezcla entre brownie y fundgies llamada “Toffee Fudgies”.

«[Taylor] tenía una nevera pequeña debajo de una de las mesitas de noche junto a su cama y siempre tenía que tener un pequeño recipiente con Toffee Fudgies», continuó. «Lo revisaba de vez en cuando y lo reponía cuando se estaba acabando. Hay que decir que se conservan muy bien en la nevera, aunque, como todo el chocolate, es mejor comerlos a temperatura ambiente».

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Durante años, el chef reservó esta receta solo para su círculo íntimo, pero ahora ha decidido compartirla con el mundo con un propósito claro: apoyar la labor de la Elizabeth Taylor AIDS Foundation, creada por la propia actriz. «Pensé que me encantaría divulgarla cuando realmente pudiera servir para algo», explica.

Tras casi dos décadas cocinando para Taylor, Zevnik descubrió que la diva no tenía un paladar especialmente dulce y que, de hecho, era bastante exigente con los postres. Sin embargo, los Toffee Fudgies fueron la excepción a la que la protagonista de National Velvet nunca se resistió.