Los postres de Cedric Grolet se han clavado en el corazón del público, que aplaude cada una de sus innovadoras creaciones reconvertidas en obras de arte. Dentro de ese marco de fantasía dulce, el postrero deslumbra con su serie de pasteles hiperrealistas, moldeados y pintados con aerógrafo que simulan frutas perfectamente ejecutadas. Creaciones «trompe l’oeil» que alteran su forma original bajo ilusiones ópticas, cubiertas con capas de chocolate blanco con un interior que a menudo refleja la fruta que imita.
Las creaciones realistas del francés han transcendido hasta el expositor de algunas pastelerías del mundo, como es el caso de Hoffman en Barcelona y Maison Brulée en Madrid. Ésta primera lo hace a raíz de prácticas como el realismo frutal o la elaboración de postres esculturales que reimaginan alimentos como un tiramisú o un melocotón en clave artística.
Edwin Garpa es el pastelero venezolano que se encarga de esculpir todas estas delicias a través de la pastelería creativa como un lenguaje con el que contar historias. Entre sus grandes referentes se encuentran figuras del calibre de Cedric Grolet, Antonio Bachour y Amaury Guichon a los cuales les rinde homenaje a través de sus propias obras.
La aclamada Pastelería Hoffman también es conocida por sus postres hiperrealistas con los que lleva la fantasía a otro nivel. Desde un vaso de café hecho con bizcocho de cacao bañado en café y bailes, praliné de avellana y mouse de chocolate, hasta un gran pistacho con mousse de pistacho y crujiente de pistacho, mermelada de naranja, maracuyá y yuzu. ¿El artífice? Mey Hofmann, la mente culinaria que se encuentra detrás de estas piezas que reflejan su enfoque artesanal, contemporáneo y artístico dentro de la repostería.
