Se acerca uno de los momentos estelares para los más cocinitas, porque la Navidad significa muchas cosas, pero, sobre todo, significa reunirse alrededor de la mesa para entregarse al placer culinario, charlar, brindar y llenar el saco de grandes recuerdos que nos acompañen a lo largo de los próximos 12 meses. Un espíritu festivo con el que se identifica Sal Maldon, que tiene como objetivo unir a la gente a través del disfrute de la comida y la bebida en todas partes del mundo y todos los días del año. Además, la buena noticia es que su versatilidad permitirá utilizarla tanto en platos salados como dulces para darle ese contrapunto especial. Así que, aviso a navegantes: una vez que esta sal en escamas® artesanal entre en la cocina, –afortunadamente– nada en ella volverá a ser lo mismo.
La estrella de la Navidad
Sal Maldon tiene la capacidad de enamorar a cocineros caseros y profesionales. La razón de que esto ocurra es que las características escamas piramidales (que luego explicaremos cómo se forman) liberan su salinidad con dulce precisión. Una salinidad que viene acompañada de una fresca intensidad y un sabor limpio. Y es que el simple hecho de hacerlas crujir y espolvorear sus escamas sobre la comida, convierte al gesto en un auténtico espectáculo que pone a las glándulas salivales en movimiento.
Así, Sal Maldon se puede utilizar para sazonar carnes y pescados, pero también sobre tomates frescos con un poco de aceite, sopas, focaccias, ensaladas –recomendamos la de halloumi con naranjas–, pastas o tartas saladas como la de patata con cebolla caramelizada. ¿Sal en escamas con postres? Por supuesto, pruébalo con una tarta de chocolate y caramelo, panettones e incluso frutas de temporada y helados. Y, como lo mejor es hacer de esta Navidad un momento divertido, nada como la mixología. Un bloody mary, un margarita o una michelada con el toque de Sal Maldon y que comience la fiesta.
Cuatro generaciones entregadas al negocio familiar
Además, este año Sal Maldon está de celebración porque cumple 140 años de tradición y artesanía. Y, en todo este tiempo, ninguna de las cuatro generaciones de la familia Osborne ha dejado de emplear las mismas técnicas tradicionales de la ciudad costera de Maldon (Inglaterra); una exquisitez en los procesos que la han convertido en una marca mundialmente reconocida.
Desde 1882 se cosechan primero a mano las famosas escamas en las retorcidas costas de Inglaterra por expertos maestros salineros y después se calienta el agua marina dejando que los cristales se vayan formando de manera natural. Esta forma de trabajar, 100% artesanal, es la que provoca que cada escama tenga una forma piramidal única. Una sal experta que se convertirá en el alma de la fiesta.
Las palabras Escamas®, Maldon® y todos los logotipos asociados son marcas registradas de Maldon Salt Company Ltd.