Todo el que quiera podrá pagar el pato este mes. ¿Sabéis por qué? Porque es uno de los alimentos propios del mes de noviembre y si en alguna época del año nos va a ser fácil encontrarlo en los mercados, esa fecha es ahora.
Quien no haya comida pato, al menos una vez en su vida, no es capaz de entender la cantidad de beneficios y propiedades a las que está renunciando. Estamos ante un alimento sabroso, jugoso y de fácil digestión, perfecto para comerlo pasado, al punto o de la mejor forma que se nos ocurre: al más puro estilo oriental.
No todo es frío en noviembre, también nos pone sobre la mesa la lista de la compra que debemos hacer para sacar el máximo partido a los productos de temporada mensual, y el pato es uno de ellos.
Cocinado al horno, como el tradicional pollo o pavo de Navidad, vuelta y vuelta a la sartén sólo para fijar el sabor y dejar una deliciosa costra crujiente por sus laterales o formando parte de algún guiso de cuchara, el pato admite una gran variedad de formas de cocinado.
Y si a nosotros nos dieran a elegir, lo tendríamos claro: queremos una versión del pato colorida, queremos una cama de patatas a lo pobre, unos pimientos verdes, rojos y amarillos asados, el pato pasado por la sartén y salsa de castañas por encima.