Si pensamos en churros nos viene directamente a la mente un bar con barra metálica y tragaperras, una cafetería de barrio o una feria. Todo un imaginario al que nos rememora, vinculado a la cultura nacional, que podría contar con una serie de antecedentes y una historia previa desarrollada muy lejos de nuestro país.
Existe una teoría sorprendente que defiende que el churro realmente nació en China con un aspecto algo distinto que sufriría una posterior evolución. La masa frita en cuestión se llama ‘youtiao’, se consume en el país desde el siglo XII, y suele acompañarse con leche de soja, arroz o salsas picantes, siendo un desayuno tradicional dentro de la cultura china.
Se dice que la receta del ‘youtiao’ tardó unos siglos en llegar a nuestro continente gracias a la expansión de comerciantes portugueses que viajaban a China, los cuales introdujeron en Europa la técnica de freír la masa alargada en aceite en el siglo XVI. Una vez llegados al territorio nacional, se reinterpretaron a través de adaptaciones como la sustitución de la sal por el azúcar y la manera de esculpir la masa en forma de estrella. El churro debutaría entonces en churrerías de Zaragoza para formar parte de la cultura gastronómica local, y convertirse con los años en uno de sus grandes emblemas.