Gastro

La receta de Ruinart y Javier Olleros, mucho más que un regalo para estas fiestas

La casa de champagne y el reconocido chef nos invitan a apostar esta Navidad por un plato sencillo y original, cuya elaboración marida a la perfección con Ruinart Rosé.
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Esta Navidad va a ser una de las más emocionantes de los últimos tiempos: de momento, y a diferencia del año pasado, no parece que vayan a existir restricciones sanitarias que nos coarten en número y forma a la hora de juntarnos a celebrar con los nuestros alrededor de una mesa. Las ciudades ya se han llenado de luces que decoran las calles, el espíritu navideño se respira en cada rincón y las reuniones familiares nos prometen sumergirnos en abundantes y divertidos banquetes, regalos incluidos claro.

Así las cosas, estas fiestas nadie puede permitirse fallar. Ni con el menú, ni con los presentes… y precisamente de eso tienen mucho que decir Maison Ruinart y Javier Olleros. En estas fechas tan especiales, la casa de champagne y el chef de Culler de Pau se han unido para crear de manera conjunta un plato fácil y asequible (utilizando elementos gastronómicos de origen humilde, como la espinaca) que, junto con la botella de champagne Ruinart, se convierte en mucho más que un regalo. Porque de eso se trata, ¿no? De reunirse, de compartir buenos momentos y de difundir mensajes positivos.

El nuevo arte de regalar

Por todo lo anterior, a nosotros no se nos ocurre mejor manera de acertar que apostando por obsequiar a los nuestros con la sencilla receta -quien bien te quiere, te cocinará…- y el champagne de la firma, que además simboliza conexión y compromiso con el medio ambiente. Porque al prescindir de las cajas de regalo tradicionales, Ruinart innova, rompe y demuestra que el «art de vivre» a la francesa puede ser tan responsable como creativo.

«Para Ruinart, regalar con un propósito significa compartir nuestra historia, nuestro saber hacer y nuestros valores.  Evolucionar en un mundo más luminoso, en un mundo de ideas, arte e intercambios, respetando y preservando la armonía con la naturaleza», comenta Fréderic Dufour, presidente de Maison Ruinart.

El second skin ideado por la marca forma parte del enfoque eco-responsable que Ruinart que aplicó en 2020, ahora disponible en formato magnum, afirmando el compromiso holístico de la Maison con el desarrollo sostenible. En definitiva, es una página en blanco sin palabras ni imágenes, una superficie elegante y poética que deja espacio a la imaginación.

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Este nuevo empaquetado es un 99% de papel (1% de cola) fabricado con fibra de madera procedente de bosques europeos gestionados ecológicamente. Y es nueve veces más ligero que la anterior generación de cajas de regalo, lo que reduce la huella de carbono del envase en un 60% según el método ADEME’s BEE. Envolviendo la forma característica de la botella, el estuche protege a Ruinart de la luz, resiste la humedad en la bodega o el frigorífico, e incluso permanece intacto en una cubitera hasta 3 horas. El estampado en relieve es un homenaje directo a las Crayères, las históricas bodegas de tiza de la Maison en Reims. 

La receta: Ruinart Rosé y espinaca con caldo claro de salazones

“Maridar este plato con Ruinart Rosé ha resultado fácil y natural. Se trata de un plato con mucha salinidad y un toque amargo”, explica Javier Olleros.

Ingredientes (para 4 personas)

  • Maicena exprés
  • Aceite de girasol
  • Sal
  • Aceite de frutos secos
  • Caldo de lacón
  • 600 gr de espinacas frescas
  • 2 l agua embotellada
  • 300 gr de lacón desalado
  • 300 gr de panceta ahumada
  • 100 gr de panceta salada
  • 2 gr de guindillas pequeñas
  • 3 ajos
  • 1 puerro
  • 6 zanahorias
  • ½ cebolla
  • 100 gr de alga kombu
  • 20 gr de apio

Elaboración (tiempo de preparación: 1 hora)

  1. Para el caldo, lavamos las verduras. Una vez limpias, las picaremos en trozos regulares.
  2. Para la cocción se dispondrán en una olla en el siguiente orden (de abajo a arriba): lacón, pancetas, verduras y resto de ingredientes.
  3. Partimos de agua fría, llegamos a punto de ebullición, bajamos el fuego para mantenerlo sin que sea muy potente. A medida que se va cocinando podemos ir limpiando el caldo de la espuma que le sale en los bordes y dejamos cocinar durante 45-50 min aproximadamente. Colar y reservar.
  4. En un cazo hervimos el caldo y ligamos con una cucharada sopera de maicena exprés hasta que tenga una textura de sopa fina. Este caldo lo reservamos para el final del plato.
  5. Lavamos la espinaca en abundante agua. Separamos las hojas y los tallos. Reservamos 6 hojas bonitas y grandes para el acabado del plato. El resto de hojas las coceremos y reservamos los tallos para hacer un aceite.
  6. Haremos el aceite de tallos de esta forma. Tallos espinaca: 100 gr. Aceite neutro (girasol): 100 gr.
  7. Cocinar en un cazo o sartén pequeña suficiente para la cantidad que necesitamos los tallos con el aceite a una temperatura baja durante 20 minutos. Dejamos enfriar y pasamos por un colador. Reservamos.
  8. Preparamos una olla con abundante agua y sal. Tapamos y dejamos a fuego fuerte hasta que hierva. Una vez levanta el hervor añadimos las hojas de las espinacas y coceremos unos 2 minutos aproximadamente. La mejor manera de mantener el color y cortarle la cocción es meter la espinaca cocida en agua con hielo. Si no pudiera ser, la retiramos a un colador y dejamos que se enfríe.
  9. Con los 200 gr de espinaca restantes haremos un puré en turmix que mezclamos con 60 gr de aceite de tallos de espinaca. Tiene que quedar con una textura cremosa, casi una mousse de espinaca. Añadimos un poco de sal.
  10. Con 400 gr de espinaca cocida cortaremos bien fino casi como si fuese perejil bien picado. Una vez tenemos las dos elaboraciones, mezclaremos cuidadosamente el puré con la espinaca picada y calentaremos en un cazo pequeño (le llamaremos guiso).
  11. Cortar círculos con las hojas de espinaca cruda que reservamos al principio.
  12. En un plato sopero poner una cucharada generosa de guiso de espinaca y sobre éste el circulo de espinaca. Añadimos cuatro cucharadas de caldo encima de la espinaca y terminamos con unas gotas de aceite de frutos secos (opcional). Nos quedará un caldo con espinaca que nos recuerda a un caldo gallego.
  13. Consejo del chef: el caldo sobrante lo podemos guardar en cubiteras de hielo en el congelador para poder aprovecharlo en diferentes preparaciones futuras.