Si tus quesos favoritos están subiendo de precio, no es casualidad. Se debe a una crisis ‘silenciosa’ que está aumentando al ritmo del cambio climático. Una realidad de la que se haría eco el New York Times, vislumbrando el drástico descenso de producción de leche de las vacas en Italia debido al aumento de las temperaturas en verano.
En el artículo el autor acude a un análisis de datos gubernamentales llevado a cabo por el centro de investigación de la industria láctea CLAL, que revela un paradigma sorprendente: entre 2022 y 2024 la producción de leche se redujo una media del 17,2 % de marzo a septiembre. Pero no se trata de un caso aislado en el país de la bota.
El llamado «estrés térmico» de las vacas y la crisis láctea está teniendo asimismo sus efectos en Israel. Así lo demostró un estudio sobre la producción de leche y el cambio climático en la revista Science Advances, en el que demostraba como un solo día de calor extremo podía reducir la producción de leche hasta un 10%, y que ello podría dejar secuelas de más de 10 días. Para demostrar cómo el calor estaba minando la producción láctea, hicieron un seguimiento durante más de diez años de más de 130.000 vacas, así como encuestaron a más de 300 ganaderos para saber si sus métodos de refrigeración influían en los resultados.
La conclusión a la que llegaron fue que la producción láctea descendía en picado cuando las temperaturas superaban los 78,8 °F, enfatizando en que es la humedad la que más afecta en el resultado. El calor húmedo al que se exponen las vacas que altera la producción, llevando a que los queseros también hayan notado el cambio de ese estrés vinculado a las altas temperaturas, haciendo que cuaje más lentamente.
Ante esta situación, los ganaderos están intentando implementar innovadores métodos de refrigeración, pero se ven limitados con dificultades a la hora de garantizar un aislamiento completo de las vacas de su entorno, siendo éste muy costoso. Algo que a nivel mundial está afectando -sin métodos de refrigeración- los diez principales países productores de leche como India, Pakistán y Brasil, los cuales podrían enfrentarse a descensos aún más pronunciados.