En ocasiones merece la pena desviarse del camino, abandonar la autopista en la siguiente salida en busca de esos bares y restaurantes que, en mitad de la nada, siguen ofreciendo una experiencia auténtica, alejada de artificios.
En ocasiones merece la pena desviarse del camino, abandonar la autopista en la siguiente salida en busca de esos bares y restaurantes que, en mitad de la nada, siguen ofreciendo una experiencia auténtica, alejada de artificios.