Gastro

Seis curiosos estudios científicos sobre comida que necesitas saber (o no)

Aunque parezcan de broma, estos peculiares estudios científicos sobre comida son reales.
Estudios científicos sobre comida curiosos.

La ciencia que estudia en profundidad todo lo relacionado con los alimentos se llama bromatología. Esta disciplina se encarga del estudio de las características de los alimentos, su naturaleza, las causas de su deterioro y la mejora de los alimentos para el consumidor, entre otras cuestiones. Por tanto, están realizando constantemente nuevos estudios para mejorar todo lo que tiene que ver con nuestra alimentación. Pero no todas las investigaciones son igual de importantes. Hay algunos estudios tan peculiares que parecen una broma (y no de bromatología, precisamente). Hemos recopilado los 6 más curiosos.

Beber vino es como ir al gimnasio

Y no, no nos referimos al movimiento que haces al levantar la copa para beber el vino. Sino a un estudio realizado por la Universidad de Alberta (Canadá), que llegó a la conclusión de que tomar una copa de vino puede equivaler a una hora de gimnasio. Pero vamos a explicarlo mejor.

Los investigadores descubrieron que el vino tinto tiene un compuesto llamada resveratrol, que puede proporcionar beneficios parecidos a los que te da una hora de entrenamiento. Según el estudio realizado en el Journal of Physiology, bastaría un vaso de vino tinto para obtener un rendimiento físico similar al conseguido con el ejercicio físico. Evidentemente, dicho estudio no habla de que una cosa pueda sustituir a la otra. Y, sobre todo, recomienda una copa de vino tinto (y no otro tipo de vino o alcohol) y no la botella entera. Así que no te vengas arriba.


¿Cuánto tiempo tardas en lamer una piruleta?

Un estudio, realizado por investigadores del Instituto Courant de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Nueva York y de la Universidad Estatal de Florida, aparece en la revista Journal of Fluid Mechanics, se centró en identificar el complejo proceso por el que los materiales son moldeados y, en última instancia, disueltos por las corrientes de agua que los rodean.

Para llevarlo a cabo, los investigadores estudiaron este efecto sumergiendo caramelos duros en una corriente de agua. Comprobaron que aparece una forma peculiar, pero consistente, que persiste antes de desaparecer. Esta misma «escultura» se produce independientemente de la forma inicial del caramelo y de la velocidad de la corriente de agua. Entonces llegaron a la conclusión de cuántos lametazos harían falta para llegar al centro de una piruleta. Y la respuesta fueron 1.000 lametazos.

Más allá de esta curiosidad, el estudio era importante para las industrias química y farmacéutica para comprender cómo se disuelven los materiales, entre otras cuestiones.


Pizzas con insectos

Aunque en varias gastronomías del mundo ya se incluyen los insectos en algunas recetas, todavía no es un ingrediente muy bien visto. Pero sí que es algo que sobre lo que se está investigando para empezar a implementarlo. Se realizó estudio elaborado con el fin de evaluar el gusto, las expectativas y las respuestas emocionales de los consumidores ante pizzas elaboradas con larvas comestibles deshidratadas. Para ello propusieron a los consumidores probar tres pizzas diferentes: una con bacon, otra con larvas tal cual y la última con larvas picadas. La conclusión fue que las pizzas de larvas recibieron más comentarios positivos que negativos.


Cocinar la carne con cerveza para prevenir enfermedades

Un equipo de científicos de la Universidad de Oporto descubrió que marinar la carne con cerveza -principalmente cuando se trata de hacer una barbacoa- disminuye el riesgo de padecer cáncer. A los amantes de la carne, una buena barbacoa les chifla, pero a veces las altas temperaturas y la exposición directa puede provocar que se creen unas moléculas llamadas hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), presentes en sustancias tóxicas como el petróleo o el alquitrán. Esto daña el ADN y también aumenta el riesgo de desarrollar un cáncer.

Para llevar a cabo dicha investigación, publicada en la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry, los científicos probaron con cerveza con alcohol de fermentación baja, una sin alcohol y una cerveza negra. Tras analizar los resultados, se dieron cuenta de que la cerveza negra redujo las moléculas cancerígenas un 53%, la cerveza sin alcohol un 25% y la cerveza de fermentación baja un 13%.


El queso, tan adictivo como una droga

Según un estudio de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), que se publicó en el Journal PLoS One, la grasa que contiene el queso produce casi el mismo grado de dependencia que drogas como la heroína. Por eso, no es de extrañar que sea uno de los alimentos más adictivos. Siguiendo esta cuestión, otro estudio de la Universidad de Illinois (Estados Unidos), concluyó que el queso tenía un 80% de caseína en sus proteínas. Aún no se sabemos a ciencia cierta el alcance del efecto que la casomorfina tiene en nuestro cerebro, pero hay científicos que se llama al queso la droga láctea. ¿Hay algún adicto al queso en la sala?


¿Por qué resbalan las cáscaras de plátano?

Resbalarse con una cáscara de plátano es una escena recurrente que provoca mucha risa. Pero, ¿te has preguntado alguna vez por qué resbalan tanto? Un equipo de investigadores japoneses se hizo esta cuestión y decidió profundizar en la anatomía de la piel del plátano, comparándola con las de otras frutas. En su informe de 2012, llegaron a la conclusión de que la piel del plátano tiene un coeficiente de fricción medido de aproximadamente 0,07 y que el aspecto resbaladizo es provocado principalmente por un gel que los folículos de la cáscara de plátano segregan cuando se le aplica presión; en este caso, con el pie de una persona. Esta investigación fue galardonada con el premio Ig Nobel, que premian los logros de algunos científicos que «primero hacen reír a la gente, y luego hacen pensar», según comentan los organizadores.