Chris O’Leary lleva desde 2003 dedicándose a la cerveza. Una pasión que ha ido intensificándose a lo largo de los años a través de un tour llevado a cabo por distintas cervecerías en las que hace una cata de sus especialidades. Sin embargo, no fue hasta 2011 cuando se puso realmente serio con su hobby: decidió visitar 30 cervecerías en 30 días.
Desde entonces, ha pisado cervecerías en los 50 estados de EE.UU. (Mississippi fue la última, en 2018) y en 33 países de los cinco continentes. Su método es claro: para que cuente, la cerveza debe ser elaborada en el mismo lugar donde se bebe. Nada de franquicias que solo sirven el producto; si no hay fermentadores en el sitio, no suma. ¿Y si una cervecería cierra y abre otra distinta en el mismo local? Cuenta otra vez… siempre que vuelva a beber algo ahí, claro.
Chris trabaja como estratega de medios en una agencia publicitaria, lo que lo lleva a viajar con frecuencia. A eso se suma un estatus de viajero frecuente con el que ha podido explorar cervecerías en rincones tan dispares como Fairbanks (Alaska) o Fremantle (Australia). Además, mantiene el blog Brew York, donde narra sus aventuras líquidas, especialmente en la Gran Manzana.
Cerveza número 3806
El 19 de junio de 2025, O’Leary alcanzó un nuevo hito: bebió su cerveza número 3.806 en Thirty Eight O Six Brewing, en Berwick, Australia. El nombre de la cervecería era casi demasiado perfecto para dejarlo pasar. Fue una jugada meticulosa, planeada durante meses, que requirió ajustar viajes, confirmar horarios y luchar contra imprevistos como una llave rota que lo dejó fuera de casa justo antes de una ruta cervecera en Nueva Jersey.
Para poner en perspectiva este hito, Max Finnance es uno de los jueces de cerveza más reputados del mundo que ha visitado 998 cervecerías. Y John Holl, voz reconocida en el mundo cervecero y viajero profesional, se queda en 2.638.
The Alchemist
Todo empezó entre 2004 y 2006, cuando vivía en Burlington (Vermont), cuna de cervezas como Magic Hat, Long Trail y una joya que nacía entonces: The Alchemist. “Era una buena época para enamorarse de la cerveza artesanal”, recuerda.
Fue en 2011, durante un viaje de trabajo a Portland, cuando decidió que podía convertir esas visitas espontáneas en una misión. Empezó una lista en la app de notas de su móvil. Ese año visitó 52 cervecerías. Al año siguiente, 54. En 2013, 121. Y de ahí, al infinito. Su récord diario está en 12 cervecerías (Denver y Boulder, marzo de 2015). Y en 2021 visitó 455. Sí, más de una por día.
O’Leary no solo busca cantidad; también calidad simbólica. La cervecería número 333 fue Phase Three Brewing (Illinois). La 1717 fue 1717 Brewing (Iowa). La 1235 fue, naturalmente, Fibonacci Brewing (Ohio).
También se decanta por los extremos. La cervecería más lejana, en Fremantle, a más de 18.000 kilómetros de su casa. La más oriental de América del Norte continental, en Terranova. La más septentrional, en Fairbanks. Y las más altas (al nivel del mar o del cielo), como Birreria en la azotea de Eataly, en Nueva York.
¿Su favorita?
El ‘maestro cervecer’ no lo duda: la Russian River Brewing, en Santa Rosa (California), cervecería número 641 en su lista. “Es un sitio al que nunca me cansaría de volver”, asegura.