Gastro

Cómo Twitter ha ayudado a un joven a arrancar su negocio de delivery en Valencia

El primer día no le llegó ningún pedido, así que decidió escribir un tweet y en cuestión de 10 minutos tenía 500 retweets; gracias a ellos este fin de semana ha preparado casi 100 pedidos

Alberto había trabajado de todo, en una zapatería, en la hostelería y lo último había sido una agencia de marketing. No le había ido bien. Ha contado a TAPAS que se había quedado «sin saber cómo tirar, ni por dónde» y con poco dinero en la cuenta… hasta que se le ocurrió una idea: «Era arruinarme o hacerme de oro».

Esa idea era montar un negocio de delivery. Decidió traer a España los french tacos, una mezcla entre burrito, kebab y panini. Pero acompañaría la carta con otros productos como las smash burguers, para que en «un micro espacio la gente pudiera pedir de todo lo que les gustase». Así fue como lanzó su negocio, Seventeen.

Pero el primer día no le llegó ningún pedido: «Tenía todo para arruinarme». «No recibía nada, ni mi amigos», reconoce Alberto. Por eso decidió escribir un tweet este jueves para pedir pedir ayuda; quiso recurrir a la famosa «magia de twitter». Así fue como empezó a llegar la respuesta de la gente: «en cuestión de 10 minutos tenía 500 retweets». Este fin de semana ha llegado hasta casi los 30 mil retweets: «Ahora creo que me está cambiando la vida». Incluso llegó a animarle uno de sus grandes referentes: «No me esperaba que me apoyara Frank de la Jungla».

Eso sí, su éxito no se ha quedado en el mundo virtual, Alberto ha sentido un aumento en los pedidos del fin de semana. Ha recibido «casi 100 pedidos» en un trabajo en el que está él solo «en la plancha todo el rato» con «la ayuda de la madre del dueño del local».

Tal es su éxito que las empresas de delivery de Valencia luchan por él: «Todas las plataformas están peleándose para ver si me voy con alguna en exclusividad». Una empresa incluso ha ido presencialmente a hacerle la oferta a las dos de la tarde, pero claro, Alberto explica que «han venido en mitad de turno».

El sábado tuvo que cerrar «a las 22:30» su aplicación de delivery por «el volumen tan alto de pedidos». Y es que aclara que él pone por delante «poder hacerlo todo y hacerlo de calidad».

¿Y ahora qué?

Alberto no se queda aquí y quiere continuar expandiéndose. Lo primero, que quiere hacer es abrir el local para que la gente pueda pedir directamente. Evitar que haya intermediarios a través de aplicaciones. También que sus clientes puedan saborear sus french tacos en «alguna barrita para que la gente se apoye y se lo coma allí». Pero reconoce que no es sencillo porque tiene que «ver licencias y demás».

Alberto define su comida como de «inspiración de Francia», pero está abierto para «tener opciones para todos». En sus french tacos incluye «la proteína, las salsas del mundo musulmán, quesos y las patatas fritas». Sí, como lo oyes, las patatas fritas van dentro del taco francés. Aunque aún vende más hamburguesas smash que french tacos, es en esto último donde centra su idea de crecimiento: «Me gustaría tener muchos toppings para que la gente pueda elegir».

Gracias a Twitter, el negocio de Alberto ha despegado: «Ha sido como un cohete que me ha lanzado al espacio». Ahora su vida ha cambiado para siempre porque le «conocen hasta en el supermercado». Aunque confiesa que con este negocio tiró «una moneda al aire», gracias a las cuatro fotos de sus productos que subió a Twitter, a Alberto, la moneda le ha salido cara.