«La panadería del barrio es el penúltimo reducto de normalidad. Comprar pan es el salvoconducto para salir libremente, pero también para mantener, en lo posible, la rutina de la comida».

«La panadería del barrio es el penúltimo reducto de normalidad. Comprar pan es el salvoconducto para salir libremente, pero también para mantener, en lo posible, la rutina de la comida».