Reportajes

Así es WE ARE ONA, el colectivo culinario que sirve experiencias artísticas en todo el mundo

Nos adentramos en este movimiento experimental que presenta pop ups en distintos escenarios creativos.

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Las líneas entre la gastronomía, la moda y el arte contemporáneo se desdibujan dentro de este estudio creativo culinario 360º que diseña experiencias efímeras, erige instalaciones y crea conexiones emocionales entre las marcas y su público.

Las experiencias pueden girar en torno a la narrativa de la firma, de la obra en solitario y/o de los actos colaborativos que persiguen explorar formas innovadoras a la hora de crear eventos culinarios: desde la estrategia y el concepto, hasta el diseño y la producción.

Luca Pronzato, parisino de origen italiano, es el ideólogo que está detrás de este movimiento nómada que abrió sus puertas al mundo en 2019. Un concepto que podría pertenecer más al futuro que al presente, habitado por toda una oleada de chefs, productores y sommeliers unidos por la creatividad y la fantasía en torno a la gastronomía.

Pronzato empezó a trabajar en bares a los 16 años, como una base sólida en la restauración que le llevó a interesarse por el mundo del vino, a estudiarlo y a sumergirse en su proceso de elaboración, hasta llegar a poner en práctica esos conocimientos en la vida real y a convertirse en un sumiller de culto global.

Proyectos colectivos

El proyecto We Are Ona pretendía desde sus orígenes ofrecer una plataforma para jóvenes talentos del sector, con el fin de desarrollar una nueva generación de chefs revolucionarios y/o disruptivos. De esa idea inicial, el colectivo ha ido destilando el mundo interior que les une a través de la creación de restaurantes temporales o pop ups culinarias establecidas en lugares insólitos.

Escenarios significativos e inesperados entre los que se encuentra una velada romántica que pasará a la historia de la moda. En el Palacio de Versalles, el colectivo sirvió una cena vegana para Jacquemus acompañada de suculentos platos como un carpaccio de verduras o un praliné de apionabo y almendra, creando bodegones estetas entre racimos de uvas, velas y esculturas clásicas.

Más allá de haber trabajado para firmas de la industria de la moda como Sacai, Givenchy, Y-3, Saint Laurent o Hermès, We Are Ona se adentró asimismo en la reciente Milano Design Week para colaborar en la presentación de las creaciones de Cristina Celestino en el Tennis Club Milano Bo, ofreciendo un exquisito menú diseñado por la chef francesa Marine Hervouet acompañado por los sumilleres Iris Godec y Luca Pronzato.

El proyecto se trasladó asimismo a Nueva York, durante la Semana del Arte de NY, del 12 al 17 de mayo, donde Pronzato y su séquito sirvieron un restaurante pop-up en el WSA, un centro cultural situado en 161 Water St de aspecto industrial.

El montaje fue asignado al arquitecto y diseñador Harry Nuriev, que se encargó de reimaginar el espacio para presentar una experiencia exclusiva en la que el chef Mory Sacko, galardonado con una estrella Michelin, exhibió su propuesta gastronómica sobre una vajilla de plata y acero inoxidable en una larga mesa para 60 comensales.

La última instalación

Para su última colaboración, We Are Ona contó de nuevo con la participación de Harry Nuriev para crear una experiencia gastronómica en la que las escenas invisibles de un restaurante se convertían en las protagonistas.

Nuriev creó un diseño que ocupara las plantas sexta y séptima de un antiguo edificio de París, sobre el que desplegó una fuente a gran escala, con una torre de fregaderos en medio de un gran estanque de agua. Alrededor de la instalación, se colocaron los comensales y otras mesas que ocupaban el espacio.

‘La nueva pop-up muestra la parte trasera de la cocina, que avanza hacia el centro de atención, visible y accesible, como un campo de experimentación artística abierto a todos’, expresaron desde We Are Ona. ‘La cocina se revela a través de una instalación minimalista que sincroniza experiencias fuera de la pantalla y de la vida real, donde la elegancia se encuentra con lo primario’.

La comida fue preparada por la chef Dalad Kambhu, galardonada con una estrella Michelin, que ofreció una interpretación contemporánea de la cocina tradicional tailandesa que conectaba a la perfección con el ADN disruptivo de We Are Ona.