Durante décadas, freír fue sinónimo de aceite hirviendo, olor persistente en la cocina y un dilema entre sabor y salud. Hoy, un electrodoméstico relativamente reciente ha cambiado ese paradigma: la freidora de aire. Con su promesa de alimentos crujientes con hasta un 85% menos de grasa, se ha convertido en uno de los aparatos más vendidos del planeta y en el símbolo de una nueva forma de cocinar.
Un fenómeno global (en cifras)
El auge no es una percepción: es un hecho. Según datos de Statista el mercado mundial de air fryers superó los 1.200 millones de dólares en 2022 y se espera que alcance más de 1.900 millones en 2027, con un crecimiento anual superior al 7%. Solo en España, Amazon reportó que la freidora de aire fue uno de los productos más vendidos en Black Friday 2022 y Navidad 2023, con modelos agotados en cuestión de días.
En TikTok, el hashtag #airfryer acumula más de 6.000 millones de visualizaciones, una señal de que la tendencia no solo se refleja en las tiendas, sino también en la cultura digital.
Un cambio en nuestros hábitos
Más allá de los números, el éxito de la freidora de aire responde a una mezcla de factores:
- Salud y conveniencia: permite preparar patatas fritas, croquetas o alitas con mucho menos aceite, alineándose con la preocupación creciente por dietas equilibradas.
- Rapidez y ahorro energético: en tiempos de inflación y tarifas eléctricas al alza, cocinar con aire caliente consume hasta un 30% menos que un horno tradicional.
- Creatividad doméstica: no se limita a “frituras light”. Desde bizcochos hasta verduras asadas, pizzas o incluso pescado, las redes están llenas de recetas que demuestran su versatilidad.
¿Burbuja o consolidación?
Algunos críticos lo ven como una moda pasajera, otro como un gadget condenado a acumular polvo. Sin embargo, la evolución del mercado muestra lo contrario: grandes marcas como Philips, Cosori y Xiaomi ya compiten en innovación, con modelos inteligentes que se conectan al móvil y ajustan automáticamente los tiempos de cocción.
Además, la air fryer ha penetrado en diferentes perfiles de consumidor: jóvenes que viven solos, familias que buscan practicidad y adultos mayores que valoran la simplicidad. Es, en muchos sentidos, el microondas de la era post-pandemia.
Obviamente, la difusión a gran escala de este electrodoméstico nos indica que nuestra forma de cocinar ha cambiado por completo: la sociedad del «come y corre» nos impone ritmos estresantes incluso en la cocina, que debería ser un lugar de placer y relajación. La freidora de aire hace que todo sea más fácil, pero sin duda también menos «romántico». Sin embargo, lo que queda claro es que el horno u otras formas de cocinar nunca pasarán de moda, tanto por razones técnicas como porque las cocinas de alto nivel siempre elegirán los métodos tradicionales para satisfacer el paladar de todos. Podemos considerar estos nuevos instrumentos como alternativas rápidas y buenas.