Hay lugares que no se visitan, se viven. Y Jul’s, en la carretera de Sa Caleta, es uno de ellos. Al son de una coctelera en perpetuo movimiento, este restaurante se ha convertido en el escondite favorito de los amantes del buen gusto -y de la buena vida- en la isla blanca.
Desde que abrió sus puertas en 2018, Jul’s no ha dejado de elevar el arte del fine dining con una propuesta que combina cocina mediterránea sofisticada, un servicio de alto nivel y un ambiente en el que el glamour fluye tanto como el champagne. Y es que este no es un sitio para simplemente comer: es un deleite para los sentidos.

¿Qué hay de su propuesta gastronómica?
La carta, comandada por el chef ejecutivo Christos, es un recorrido sabroso que empieza con entrantes para compartir (como el tartar de atún bluefin, el carpaccio de gamba roja o los tacos de langosta con gambas), y continúa con pastas, risottos y carnes de wagyu que harían sonrojar al carnívoro más exigente.


Todo elaborado con producto de altísima calidad que, en su mayoría, proviene de JUL’S FARM, la finca ecológica que nutre a diario su cocina con frutas, verduras y aromáticas recién cosechadas. Aquí, la temporada manda y el sabor se impone.
Cócteles que cuentan historias (y alguna que otra fantasía)
¿La coctelería? Un capítulo aparte. En Jul’s, el cóctel es un arte líquido: sabores complejos, ingredientes inesperados y cuidadas presentaciones… atrévete con cualquier propuesta de la carta y deja que el bartender haga su magia. Spoiler: la hará.


El espacio, con su diseño orgánico, materiales nobles y un jardín exuberante, favorece la conversación, la celebración, el encuentro y el hedonismo. No es raro ver en sus mesas a modelos, creativos, chefs en su noche libre o algún DJ internacional relajado tras una sesión de beats en esta joya del Mediterráneo.
Así que no lo dudes Jul’s no es solo una cena; es un mood, un himno al hedonismo y un rincón donde crear las mejores noches del verano.