Gastro

Dónde comer y comprar los pollos asados mejor valorados por los comensales de Madrid

Nunca pasa de moda, acepta múltiples preparaciones y no falla a la hora de juntarse: el pollo asado es una de nuestras joyas gastronómicas más preciadas.
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¿Quién no recuerda esas mañanas de sábado o domingo en las que prácticamente era un ritual ir a la pollería? Pocos platos hay más tradicionales y jugosos que un buen pollo asado: nunca pasa de moda (da igual el tiempo que pase), acepta múltiples preparaciones y guarniciones y no falla a la hora de juntarse. Receta popular a más no poder y, además, muy asequible. Y por eso hemos hecho una recopilación de los mejor valorados en distintas plataformas por los comensales de la capital. Reserva mesa, espera tu turno o pídelo a domicilio, pero no dejes de tomar nota.

Casa Mingo

Un centenario almacén ferroviario acoge esta mítica sidrería asturiana, escenario de varios clásicos del cine español, y que atrae diariamente a cientos de personas (ojo a las colas los fines de semana). ¿La razón? Su combinación estrella: pollo asado y sidra. Para conseguir sitio en la terraza hay que madrugar, aunque también ofrece comida para llevar.

Asador Navarro

Famoso en la capital, vende pollos para llevar desde 1981, año en el que la familia de la que toma su apellido inauguró el local. Y hay quienes dicen que nunca falla: «pollos jugosos, tiernos y grandes», «es imposible resistirse a su olor». Aviso a navegantes: los domingos se suelen formar colas importantes.

Le coq

Variedad de fórmulas y elaboración artesanal única son las claves del éxito de Le Coq, un negocio hostelero que en solo seis años se ha consolidado en Madrid con su producto estrella: el pollo a la brasa. Es más, tiene sus seis recetas propias: el tradicional, el peruano, el chimichurri, el perigord, el chipotle y el cajún. ¿Su razón de ser? Dar de comer bien, sano, a un precio honesto que el público percibe como asequible.

Le Coq.

Limbo

Miembro del grupo La Musa (La Musa, Cafetería HD…), consagra su oferta a los platos a la brasa, con el pollo (de kilo y pico, criado en granja) como protagonista. Se marina durante 48 horas con un aliño de aceite de oliva, ají panca y cerveza; se asa en un horno de carbón y madera y se acompaña con una de sus cuatro guarniciones (patata asada, arroz caribeño, puré de boniato o tomate).

Piri Piri

«El pollo aquí se llama Frango -auténtico estilo portugués- y lo asamos al carbón», reza su web. Y así es: este asador con mesas altas transporta la receta lusa al barrio de Lavapiés. Su nombre, que puede recordar al chile picante que se usa habitualmente en múltiples recetas de Angola y Mozambique (entre otros tantos países africanos), hace referencia a la única salsa que adereza su fórmula, disponible también para llevar.

Casa Galván

Levantó persiana en 1963 (ahí queda eso…) y, desde entonces, su fama no ha hecho más que crecer. De ahí que en la actualidad sus regentes preparen hasta 180 pollos (de 1.200 gramos cada uno) al día. ¿El secreto de Casa Galván? Su salsa especial. «En serio, son los mejores pollos del mundo», dicen. Y te los llevan a casa.

Humo by Jhosef Arias

Emplazado en el número 73 de la calle Hermosilla, este humilde restaurante es uno de los proyectos que el famoso chef peruano Jhosef Arias (Piscomar) dirige en Madrid. Aquí los pollos se pueden pedir enteros, en medios o cuartos y se sirven con patatas fritas y ensalada criolla. Además, el reputado cocinero apuesta por tres salsas para condimentarlo: la primera se elabora a base de ají amarillo ahumado y huacata; la segunda con rocoto, una especie de planta herbácea que le otorga un toque picante; y la tercera con rocoto también, pero en esta ocasión es picante a más no poder.