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Viña Pomal Compromiso, el primer vino criado en barricas tatuadas a fuego

Los surcos que recorren el cristal como un tatuaje quizá quieran ser un recuerdo de los que lucen los singulares depósitos de madera donde tuvo lugar la crianza de este vino: seis barricas grabadas a fuego, mediante la técnica del pirograbado, por tatuadores de renombre internacional. Porque, en efecto, Viña Pomal Compromiso es el primer vino del mundo criado en barricas tatuadas. Con tan original iniciativa, premiada como mejor campaña en los prestigiosos International Wine Challenge Awards Spain, la bodega riojana ha querido plasmar su compromiso con su legado y valores centenarios: origen, tradición y tierra.

De Viña Pomal Compromiso solo se han producido 5.000 botellas, a un precio de 30 euro. Se trata de un  vino que expresa con fuerza el terroir, como recordó en su presentación en Madrid Alejandro López, enólogo y director técnico de Bodegas Bilbaínas, y en el que intervienen las cinco variedades tintas de la Rioja. El tempranillo aporta su característica elegancia; la rusticidad del graciano le confiere estructura; la garnacha, con su frutosidad, le da intensidad y viveza; la maturana tinta, una uva minoritaria en Rioja, color y matices especiados; y el mazuelo, la potencia agreste característica de esta variedad.

Cada variedad fue vinificada por separado, esperando el momento óptimo de maduración de cada una, antes de efectuarse el coupage y dar paso a la crianza en las barricas tatuadas. ¿El resultado? Un vino granate intenso con ribetes azulados, de gran complejidad aromática, con notas de fruta roja, flores de violeta, pimienta blanca y especias conjugados con leves recuerdos a vainillas y torrefactos. En boca es amable y vivo, con gran cuerpo y persistencia frutal.

En mayo se ‘tatuaron’ a fuego en directo en un evento especial en Madrid las tres primeras barricas. En Barcelona, Bilbao y por fin Haro, distintos artistas de la aguja priografiaron las otras tres barricas. Los tatuadores que han prestado su arte para plasmar a fuego los valores de Viña Pomal sobre la piel de madera son Megan Massacre, Jack T. Newton, El Bueno, Moay, Bufonetti y Mery Rajin. Se trata de una iniciativa transgresora, como recordó Alejandro López, para un vino con más de cien años de historia, ya que el primer viño Viña Pomal vio la luz por primera vez en Haro en 1984. Para que luego digan que los clásicos no pueden ser atrevidos.