Gastro

Dos productos de temporada y un maridaje infalible

La primavera la sangre altera, y la tierra también, porque es en esta época del año cuando el espárrago de Navarra y la alcachofa de Tudela están en su momento de máximo esplendor. Te damos las pistas necesarias para saber identificar aquellos con ‘calidad diferenciada’.
Pizza de alcachofa de Tudela

Tesoros del campo floral, eso es lo que regalan las huertas ‘navarricas’ cuando se faenan con tesón y cariño durante todas las estaciones. Un trabajo llevado a cabo por personas que han aprendido el oficio a través de las generaciones ayudando así a mantener un legado gastronómico de gran valor. Este rincón del norte de España es el paraíso para los amantes de las materias primas nobles como los guisantes, las habas, los puerros, los cogollos de Tudela, las cebolletas tiernas y, por supuesto, las alcachofas de Tudela y los espárragos de Navarra. Un patrimonio culinario que defiende a capa y espada Reyno Gourmet, la marca de garantía creada en el 2007 por el Gobierno de Navarra, que identifica y ampara aquellos productos agroalimentarios con certificación de calidad. Además, gracias a la afamada industria conservera de esta región, es posible disfrutar de estos manjares a lo largo de todo el año.

Hoy, las estrellas son dos alimentos que levantan auténticas pasiones –tienen sus propias jornadas– y que ahora están en su mejor momento: el espárrago blanco y la alcachofa. Te contamos todo lo que debes saber sobre estos dos delicados productos y te recomendamos que leas hasta el final porque sólo así descubrirás cuál es el vino que mejor les sienta.

El espárrago navarro, único en su especie
Plato de espárragos del restaurante Bidea 2

Las 6 claves del espárrago de Navarra

  1. Su recolección es manual y antes del amanecer para evitar su exposición al sol.
  2. Se cultiva a orillas del río Ebro bajo unos montículos de tierra llamados caballones.
  3. Está reconocido a nivel nacional y a nivel Europeo.
  4. Se comercializa en fresco y en conserva, pero siempre debe llevar el sello de la ‘marca de calidad’, por lo que es importante leer la letra pequeña para evitar cualquier susto.
  5. Su tiempo de consumo en fresco es corto; comienza a mediados de abril y puede alargarse hasta, como mucho, el mes de junio.
  6. Cocinarlos es muy fácil: se pelan generosamente de arriba abajo, con cuidado de no tocar la yema, se corta la parte final del tallo a la misma longitud, se ponen a hervir en abundante agua con sal y, cuando estén tiernos, se escurren. Para apreciar todo su sabor, es mucho mejor tomarlos aún templados.
Alcachofa, la reina de la huerta navarra
Alcachofa de Tudela con almejas

Todo lo que debes saber sobre la alcachofa de Tudela

  1. La variedad ‘Blanca de Tudela’ es fácilmente reconocible: las cabezas son redondeadas y ligeramente elípticas, y las hojas centrales apretadas, pero sin que lleguen a cerrarse por dentro.
  2. Es crujiente, amarga y ligeramente jugosa.
  3. Las formas de prepararlas son infinitas: cocida, frita, con almejas, acompañadas de foie fresco o en una menestra de verduras.
  4. Se comercializan en fresco por docenas, ya sea con hojas y tallo o sólo las cabezas. Sea como sea, siempre debe ir acompañada de la banda o contra etiqueta numerada por el Consejo Regulador.
  5. También se puede encontrar en conserva para la que sólo se admite el envase de vidrio y sin correctores de acidez.

El maridaje perfecto

No hace falta irse muy lejos para encontrar el mejor vino que acompañe un buen plato de espárragos a la brasa o unas alcachofas guisadas, y es que la Denominación de Origen Navarra atesora un valioso patrimonio vitivinícola en torno a la garnacha, variedad emblemática de la región. Con ella se elaboran vinos blancos, rosados y tintos con toda la frescura del norte, pero con sus particularidades en función de la zona en la que se ubique el viñedo (más atlántica o continental). Toda una riqueza histórica que se come y se bebe.