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“Me gustaría salir del término influencer. Nunca me ha representado ese concepto”, explica Nina Urgell (Barcelona, 1992). La joven emprendedora, quien desde pequeña disfrutaba yendo a contracorriente, apuesta por la naturalidad, tal y como se puede ver tanto en su Instagram como en sus productos, y prefiere definirse como creativa y empresaria. Su pasión por el diseño y la moda la hicieron emprender varios proyectos. Actualmente lleva cuatro años trabajando cómo directora creativa de la marca Midnight 00.00 y, paralelamente, también trabajo como DJ y creadora de contenido para firmas de moda.
Tiene 788 mil seguidores en Instagram. ¿Cómo describiría su presencia a través de posts, contenidos digitales…?
La describiría como ecléctica, sólida y liberal. Es difícil que las personas que te juzgan a través de una imagen o un vídeo puedan llegar a captar el mensaje que verdaderamente quieres transmitir detrás de algo material o superficial. Pero considero que, al fin y al cabo, es la gracia de la era digital.
¿Cómo es su relación con sus seguidores en las redes sociales?
Siempre ha sido distante, pero para aquellos que me siguen desde hace tiempo creo que se ha convertido ya en cercana. Evito mostrar mi vida personal. Me he limitado a compartir mi mundo creativo a través de la moda o proyectos personales, como la música y el arte.
Cada vez hay más competencia en su sector. ¿Qué es lo que le hace distinta?
Realmente, cuando empecé a compartir mi contenido en redes existían muy pocos perfiles que monetizaran su contenido o que empezaran a trabajar de la mano de marcas creando un nuevo modelo de trabajo y publicidad.
En los más de nueve años que llevo trabajando en las redes ha cambiado todo muchísimo y muy rápido. Creo que, de algún modo, me he convertido en una OG como figura digital. Percibía más la competencia en años pasados, pero ahora me centro en trabajar genuinamente en cosas cualitativas, que me representen, y disfrutar del proceso y de los momentos tan especiales que vivo.
Hace unos años creó la marca de cosméticos na-turales Midnight y la firma de moda New Order. ¿Cómo surgió la creación de estas marcas?
En realidad, era un proyecto conjunto de moda y cosmética que funcionaba bajo los nombres de New Order (en homenaje a la banda de rock) & Midnight 00.00 en la misma plataforma. En su momento me pareció diferente y original. Quería crear una marca local que representara un estilo minimalista, pero con un toque sofisticado y diferenciador. Para mí, simbolizaba una unión entre el estilo escandinavo o nórdico y la naturalidad del Mediterráneo.
Desde hace cuatro años es embajadora de la Maison Guerlain. ¿Cómo se pone en contacto con usted la marca francesa?
Me abrieron las puertas de la Maison de forma que pude formar parte de momentos muy únicos como, por ejemplo, conocer todo el programa de protección y conservación de las abejas de la mano de los apicultores que dedican su vida a ello en la Isla Ouessant, o conocer en persona a Angelina Jolie como embajadora global de la marca y del programa de Guerlain x UNESCO Women for Bee’s.
¿Qué es lo peor de su trabajo y la parte más bonita?
Lo más difícil es compaginar los tres mundos en los que trabajo. Organizar el tiempo y los viajes para poder ser eficiente y trabajar cualitativamente. Otro factor tóxico en mi trabajo es que me resulta muy difícil desconectar porque la relación entre el trabajo y el móvil es demasiado directa. Siempre tengo cosas que hacer a través de él, y a veces me asfixia.
Ha compartido front row en desfiles internacionales con influencers y modelos como Mathilde Tantot, Sassa de Osma, Chiara Ferragni… ¿Cómo son esos encuentros?
Cuando acudo a las semanas de la moda en París normalmente me toca sentarme junto a colegas o amigos que trabajan en el sector, por lo que es un momento agradable y cómodo. También es interesante sentarse junto a gente de confianza que te permita poder comentar el desfile y todo lo que transcurre en ese momento. En los desfiles se genera algo muy interesante cuando se combina el trabajo de todo un equipo creativo plasmado en unos breves instantes, la ropa, el movimiento, la música, las miradas, los modelos, la energía de la gente invitada al desfile…
¿Tiene alguna prenda o fetiche indumentario que le da suerte cada vez que se lo pone?
Yo me visto con algo que realmente me guste, que sienta que me favorece y refleje mi identidad. Eso me va a dar comodidad y seguridad en mí misma y atraerá a la suerte.
“MI MADRE FUE UNA GRAN CHEF Y ME ENSEÑÓ TODO LO BUENO DE LOS INGREDIENTES”
Nina Urgell
¿De qué presume Nina Urgell?
De haber tenido una infancia feliz, con unos padres brillantes. Creo que ese es mi gran tesoro y parte de la felicidad que siento en la actualidad. Tuve una educación que me dio una gran seguridad de base en mí misma, lo que me ha permitido ganar libertad y autonomía con los años. Empaparme de experiencias y saber lo que me gusta y lo que no, evitando las cosas que no me suman.
¿Le gusta cocinar?
Crecí rodeada de fogones. Mi madre fue una gran chef y me enseñó todo lo bueno de los ingredientes locales y la cocina de proximidad. Con un gran paladar y una creatividad exquisita, fue la mejor profesora que podría llegar a tener. Me gusta mucho cocinar, pero siempre preferiré que me cocine mi madre.
¿Qué tipo de gastronomía es la que más le emociona?
La gastronomía mediterránea, para mí, no tiene competencia.
¿Qué último capricho gastronómico se ha dado?
Hace unos días comí en el restaurante Alkimia, de Jordi Vilà. Un auténtico placer para los sentidos. Por eso, mi último capricho gastronómico ha sido citaros aquí.
¿A qué postre no se puede resistir?
A las fresas con nata de Javier Aguiar, chef pastelero del restaurante La Barra, de Carles Abellán.
Foto destacada: Carles Allende