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Tapas Interview | Carlos Peguer: «Aprendí a cocinar de mi exnovio. ¡Ni de mi madre ni de mi padre!»

Carlos Peguer nos citó en su cafetería favorita, La Deseada, en plena calle José Abascal de Madrid, el pasado 10 de abril.
Carlos Peguer en La Deseada. Foto de Jaime Partearroyo

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Pocas veces se tiene la sensación de estar viendo (casi) nacer al gran comunicador del futuro, pero esto es así con Carlos Peguer (Don Benito, 1999). Lo de menos es que sea nativo digital, es que las palabras le brotan con una naturalidad pasmosa. Él es “la pija” en el famoso podcast La pija y la quinqui (todos los domingos en Spotify), el favorito de la generación Z, que comparte con María de los Ángeles Maturana, y que dio el salto definitivo a la fama cuando Rosalía (una simple fan) quiso ser entrevistada por ellos para promocionar Motomami.

¿Cuál es la historia de esta cafetería, La Deseada?
Un amigo puso en Instagram un mensaje: “¡Venid aquí!, que unos amigos abren una cafetería”, y como mi oficina está aquí al lado empecé a venir todas las mañanas por el café y me terminé quedando por Julia y Juan, que son los que la regentan. Me hice amigo suyo y ahora vengo y me quedo aquí una hora hablando con ellos.

¿Y cómo llegamos a ese momento TikTok en el que hablas de los siete euros que te cuesta el café y las críticas te empiezan a llover?
(Risas). Eso fue una “coña” que hice sobre mi café carísimo, que me sirve para soportar el día y que mi salud mental mejore. Era una exageración, obviamente, porque el café no cuesta siete euros, pero la gente empezó a llamarme “puto niño pijo”. La verdad es que es un café de especialidad, muy bien hecho. Pero bueno, espero que gracias a esa broma haya venido gente aquí.

Aparte del café, ¿qué es lo que más te gusta de aquí?
El sándwich de kimchi: un sándwich de jamón y queso, hecho al grill y que lleva kimchi, que es la col coreana fermentada, que le da un toquecito picante y está muy rico. Lo vi un día en la barra y les pregunté qué era. Lo probé y después lo llevé un día a la oficina para que los probara todo el mundo. Y ahora viene la gente a por el sándwich de kimchi.

¿Y tú eres cocinillas?
¡Me gustaría serlo más! Antes sí hacía cosas, pero ahora tengo demasiado trabajo, no estoy nunca en casa y, la verdad, es que no hago mucho, pero sí me gusta cocinar.

¿De quién has aprendido? ¿De tu madre?
¡De mi exnovio! Ni de mi madre ni de mi padre. Cuando me vine a vivir a Madrid nunca había cocinado por mi cuenta. Y cuando lo hacía, me preparaba un filete de pollo a la plancha o algo así. Y en el confinamiento, cuando me quedé encerrado con mi expareja, le veía hacer cosas y me las enseñaba.

¿Descubriste también el mundo de los podcast en el confinamiento?
Sí, empecé a escuchar un montón de podcast por aburrimiento, mientras limpiaba o cocinaba, para tener algo de fondo. Después, mi amiga Mariang y yo, que trabajábamos juntos en la misma empresa, cuando terminábamos el trabajo quedábamos para tomar algo y nos íbamos todos los días a tomar siete cervezas. Yo siempre le decía eso: “¡Qué graciosos somos! Si esto lo grabamos, nos forramos. ¡Vamos a hacer un podcast!”. Y bueno, forrarnos no, pero tampoco nos va mal.

¿Habías estudiado tú algo que tuviera que ver con la comunicación?
Estudiaba una carrera que se llama Lenguas Modernas, Cultura y Comunicación que tiene asignaturas de comunicación.

¿Y qué es lo que atrajo del formato podcast?
Yo sabía que existían, pero nunca me había puesto uno hasta el confinamiento. De hecho, si estás acostumbrado a los ritmos de la televisión, el formato podcast es aburridísimo: ¡una persona hablando sin parar durante una hora! Ahora no me lo parece, porque estoy acostumbrado, pero al principio sí se me hacía aburridísimo. Pero le empecé a coger el gustillo al ponérmelo de fondo y pensar que eran mis amigos, que estaban allí charlando.

“SOY BUENO EN GESTIONAR REDES Y SABER QUÉ ES LO QUE FUNCIONA Y LO QUE NO”

Carlos Peguer

Desde tu punto de vista, que también trabajas en en Europa FM, en “Cuerpos especiales”, ¿qué diferencia hay entre el podcast y la radio?
La diferencia principal es la falta de expectativas y la falta de profesionalidad de los podcast. Entiendo que no les guste a los puristas de la radio, pero también ha democratizado mucho las cosas. En la radio nunca escuchas a gente que hable mal o con acentos. Y en los podcast, en cambio, todo el mundo puede hacer lo que quiera como quiera. En el nuestro, por ejemplo, hace unos días hubo veinte minutos en los que no decíamos nada, solo nos reíamos… y en la radio eso no es posible. En la radio tampoco hay silencios.

Empezasteis solos pero luego os fichó la empresa para la que trabajáis…
Sí, tuvimos varias ofertas, pero Animal Media nos hizo una bastante buena para difundir el podcast en Spotify, y así, además, quedaba todo como en casa, como en familia. La única diferencia es que yo no manejo las cámaras ni los micros, pero nos dejan hacer lo que queramos, cuando queramos y como queramos. Digamos que es más profesional.

Vuestro despegue definitivo se produjo cuando Rosalía quiso acudir a vuestro podcast porque era fan vuestra.
Efectivamente, por aquí han pasado Rosalía, Natalia Lacunza o Belén Aguilera, además de otros artistas musicales, pero de música a veces ni hablamos, porque la conversación va por un sitio que no tiene nada que ver.

¿Qué planes tienes para después del verano? ¿Proyectos nuevos?
¡Mi plan para después del verano es dejar el trabajo!, porque no tengo vida. No, es coña: me gusta mucho mi trabajo, pero sí es cierto que quiero encontrar un equilibrio entre todo lo que hago. Estoy en Movistar Plus con Eva Soriano, en Showriano, llevando las redes. Estoy con nuestro podcast, del que también llevo las redes. Y también hago publicidades, ¡qué es donde está el dinero! Y no le estoy prestando atención por estar a cincuenta cosas. Mi plan es encontrar el equilibrio y saber decir que no a cosas.

¿Sabrías decir de qué eres especialista?
Creo que en lo que soy muy bueno es en gestionar redes y saber qué es lo que funciona y lo que no. Sé hacer que algo funcione: cómo empaquetarlo en un formato para que vaya bien. Y es de lo que trabajo principalmente.

Foto: Jaime Partearroyo.