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Raimat, el sueño de un visionarios.

Un desierto “desolado”, un castillo en ruinas y un pedregal de 3.200 hectáreas. Esto fue lo que vio Manuel Reventós, bodeguero de alcurnia, cuando en 1914 formalizó la compra del lugar donde nacería Raimat. Convencido de que aquella zona acabaría siendo un referente, cuatro años después encargó a Joan Rubio Bellver, discípulo de Gaudí, el que fue el primer edificio de hormigón construido en España.

Pero el afán de vanguardia no se quedó aquí, ya que, tras lustros de crecimiento y evolución, en plena década de los 70 se apostó por la plantación de variedades foráneas hasta entonces inéditas en la península, aunque ahora suene sorprendente: Cabernet Sauvignon, Melot y Chardonnay.

Este punto y aparte significó el nacimiento de los primero vinos con la etiqueta Raimat, los mismos que hoy lucen orgullosos el liderazgo europeo en viticultura sostenible.

Tras los fastos del centenario, celebrado en 2014, la casa sigue siendo su camino visionario con detalles como que la totalidad de su producción se certifica dentro de la viticultura integrada.