Vino

¿Por qué se está volviendo a envejecer el vino en barricas de cerámica?

El sector vinícola está revisitando y poniendo en valor este método ancestral con el que madurar el vino.

El regreso de las barricas de cerámica para envejecer el vino se presenta como una tendencia creciente que vuelve a poner en valor una práctica que los romanos llevaban a cabo 200 años atrás. En contraposición, el uso del roble está empezando a ponerse en duda y/o perdiendo popularidad por una serie de factores identificados por los enólogos; los cuales les han llevado a apostar por alternativas que proporcionen un entorno neutro en la elaboración y no intervengan en su sabor.

A diferencia de las barricas de roble, los recipientes de cerámica dejan que el vino se desarrolle por si solo a lo largo del proceso de maduración, sin modificarlo o imponerse en su resultado. En este sentido, empresas italianas como Calyver y Tava están sentando precedentes en esta tendencia en el mundo vitivinícola a través del uso de barricas de cerámica que logran preservar la pureza del vino, y protegerlo de bacterias. Todo ello se debe a que su cocción en horno logra una superficie lisa, y que el material minimiza el impacto del exterior.

Este cambio de paradigma responde asimismo a una variante en el consumo que aboga por vinos más ligeros y frescos, respecto a aquellos muy profundos con exceso de roble, o con perfiles muy tánicos. ¿Volverán entonces los viticultores a incorporar las barricas de cerámica como método de envejecimiento?