Aunque se han popularizado como uno de los imprescindibles de la gastronomía inglesa y de la hora del té (o también desayuno), el origen de los scones, que es como se denominan, es escocés.
Suelen acompañarse con mantequilla, mermelada o crema batida, pero también se pueden elaborar con chocolate, frutos secos o deshidratados. A la receta de hoy, del libro Sin azúcar: 65 recetas naturalmente dulces, le hemos incorporado unos trozos de dátiles para darles un sabor un poco más goloso.
Toma nota y prueba hacerlos en casa. No tardarás nada.
Ingredientes:
130 g de harina
130 g de harina de quinoa
40 g de azúcar extrafino o caster
1 cucharadita de sal
½ cucharadita de levadura química
½ cucharadita de bicarbonato sódico
115 g de mantequilla en dados
2 cucharaditas de ralladura de naranja
50 g de dátiles troceados
120 ml de suelo de leche + un poco para cubrir
Modo de preparación:
Precalentar el horno a 220° C y forrar una bandeja de repostería con papel vegetal. Tamizar los ingredientes secos, luego incorporar la mantequilla y trabajar hasta conseguir una consistencia de pan rallado. Mezclar la ralladura de naranja y los dátiles con la pasta resultante. Añadir el suero y amasar hasta que la masa se aglomere. Colocarla sobre una superficies enharinada y, con el rodillo, formar una placa de unos 2 cm de grosor.
Con la ayuda de un cortapastas de 5 cm de diámetro, recortar la pasta en 12 panecillos. Disponerlos sobre la bandeja de repostería y cubrirlos ligeramente con suero. Hornear durante 12 minutos, hasta que esté dorados. Dejar enfriar sobre una parilla y listo.