En un comunicado, la entidad ha señalado que «esta situación podría obedecer, entre otros factores, a una disminución del consumo de productos frescos en general» y «a la desestacionalización del consumo de uva que ha tenido lugar en los últimos años en particular».
Esta última cuestión «preocupa especialmente» al consejo regulador, ya que «un producto fresco» como este, «amparado» por una DOP, «está tradicionalmente vinculado al calendario de producción agrícola, por lo que esta desestacionalización requiere, entre otras cosas, de mayores esfuerzos promocionales para que el consumidor final reconozca la temporalidad y el valor» en «el consumo de productos frescos como la uva de mesa».
A pesar de este «inicio complejo», el sector ya ha comenzado la campaña de variedades tardías, con especial atención a la uva Aledo, la «más emblemática de la Navidad y uno de los símbolos de identidad de la DOP».
Así, esta variedad, la más tardía en ser cosechada en el hemisferio norte por, entre otras cosas, su sistema de embolsado, «garantiza una maduración natural, un color característico y un sabor auténtico y diferenciado, que la convierte en una referencia imprescindible en las celebraciones navideñas, sobre todo en Nochevieja», ha concluido la DOP.