José Andrés ha querido extender su influencia culinaria del plano terrenal para llegar hasta el cielo, y deleitar con los sabores castizos a los comensales de Delta Air Lines. Una colaboración de altura que se enmarca dentro de la estrategia de la aerolínea con la que reinventar la ‘denostada’ experiencia gastronómica a bordo.
«A mucha gente, incluyéndome a mí, le encanta viajar para disfrutar de la gastronomía… Buscan nuevos sabores, nuevos platos, nuevos ingredientes», comenta José Andrés. «¡Pues bien, ahora tu viaje puede comenzar incluso antes de aterrizar! Es un sueño poder llevar estos sabores a los cielos con nuestros amigos de Delta».

Los pasajeros de las cabinas Delta One y First Class tendrán la oportunidad de saborear la alta cocina de José Andrés desde el avión, dando lugar a una experiencia exclusiva con sello de autor. El chef llevará así a las mesas plegables algunos de los platos más representativos de sus restaurantes como Jaleo en Washington D. C. y The Bazaar en Nueva York y D.C.
En el menú castizo no podía faltar la tortilla española con pisto manchego, servida para desayunar. Al mediodía, se deleitará a los viajeros con unas costillas de ternera estofadas en salsa barbacoa mojo rojo; unos pimientos del piquillo rellenos de queso de cabra y champiñones con bechamel de piquillo; o un pollo con salsa de jerez y frutos secos, servido con puré de apio nabo y patata, zanahorias asadas y cebollita.

Para acompañar la velada celestial, Delta ha lanzado «el programa de vinos Delta One más excepcional hasta la fecha»: una carta diseñada por la sumiller Andrea Robinson que abarca referencias desde el valle de Napa hasta Borgoña y Chianti, con especial énfasis en las selecciones italianas, francesas y californianas.