El primer encargo que Jean-Claude Ellena recibió en 1973, recién llegado a Nueva York, 26 años, fue crear una fragancia para Houbigant. Entonces (“como todos los jóvenes yo vine/ a llevarme la vida por delante”, Jaime) el señor Ellena quería demostrar todo lo aprendido en sus años de trabajo; quería demostrar que ya era un perfumista competente, educado, capaz de competir con los mejores. La fragancia tuvo su aplauso y recorrido, y aunque efectivamente fue de una gran calidad y daba pistas del genio, no puede considerarse la obra más popular de este autor, ni la más redonda.
En 2018, Ellena recibió el encargo de actualizar la fórmula. Pero la sorpresa para la casa fue que no reelaboró la fórmula sino la idea en que el perfume se basaba. “La idea de poder evolucionar una fórmula de perfume es otro de mis sueños realizados. Aquí está reescrito no cómo era sino como me gustaría que fuera”. El propietario de Houbigant, Gian Luca Perris reaccionó de la única manera posible: “¿Quién trataría de discutir con el señor Ellena?”.
La idea de reescribir no la fórmula del perfume, el artículo o la película, sino la idea, es la que mejor explica la madurez, el genio perdurable de un artista y en este caso de Jean-Claude Ellena. El perfume continúa siendo de aquellos tiempos, o como se hacían los perfumes en aquellos tiempos. Pero el señor Ellena ha regresado a su edad con lo que ahora sabe. ¿Te imaginas poder volver al patio de la escuela con el cuerpo de entonces pero con lo que has aprendido estos años? Es lo que ha hecho el autor con Essence Rare. La vainilla, por ejemplo, ha dejado de ser dulce en esta nueva idea para convertirse en amarga. La efervescencia de salida de las flores blancas, el lirio de los valles -jazmín francés- en el corazón, las notas atalcadas, el polvo de vainilla en la parte superior de un cítrico, de ahí su casi amargura.
Essence Rare es un perfume sobre el mundo de ayer visto con la inteligencia de hoy, es volver a través del túnel del tiempo a lo que siempre quisimos pero éramos demasiado jóvenes y no sabíamos lo suficiente para explicarlo bien. El señor Ellena ha realizado el sueño de muchos de poder conversar con su niño y darle la razón en lo que la tenía y enmendarlo como adulto en lo que se equivocaba. Una segunda oportunidad que no da el tiempo pero sí el talento. Paul Simon dio esta segunda oportunidad a algunas de sus canciones que consideró que habrían merecido mejor suerte de la que tuvieron. El disco se llama “In the blue light” y los nuevos arreglos son la opinión que el artista tiene sobre sus canciones, lo que piensa de ellas reflejado en una instrumentalización más pura, más cristalina. Es un álbum extraordinario.
Cuando Jean-Claude Ellena crea hoy perfumes son mucho más suaves, delicados, cítricos, como los que ha compuesto para Laboratorio Olfattivo (con especial mención para Arancia Rossa) o 100Bon, porque cada perfume, como cada restaurante, es una pincelada de su tiempo. El regreso a una manera de componer más elaborada, más rica, ha de causar una cierta nostalgia en el artista, pero también el vigor intelectual -y la demostración de que sus cualidades permanecen intactas- de poder plantear un juego intelectual tan refinado y sutil, y de ejecución tan extraordinaria.