Reportajes

Historia de un plato: pasta con ‘le sarde’

Un plato que confirma ideas preconcebidas sobre Sicilia
y el sur de Italia. Sardinas y basura. Pobreza y delicatessen.

Tadicionalmente en Sicilia la pasta con le sarde (sardinas) ha sido comida de pobres. Tan repudiado ha sido el plato que localmente se le conoce como pasta ca’ munnizza, lo que significa, literalmente, “pasta con basura”. ¿Con basura? Sí, al igual que en el norte de Europa llamaban antes ‘anzuelo’ o ‘basura’ a cualquier pescado que no fuese el cotizado bacalao, pero que hoy en día se consideran delicias. Lo cierto es que los ingredientes de la pasta con le sarde son, en esencia, una mezcla de “anzuelos y hierbajos”. Nos explicamos: se trata de sardinas que tradicionalmente se usaban como anzuelo (en el mejor de los casos) o que directamente se tiraban al mar, y el otro ingrediente principal es el hinojo, que crece de manera salvaje por toda Sicilia. De manera que es un plato que en origen salía a coste cero con excepción de la pasta, de ahí su indudable atractivo. Claro que también
hay que reconocer que, estéticamente, el plato puede resultar muy poco apetecible en manos de gente sin gusto. Si, a pesar de todo ello, la pasta con le sarde ha logrado convertirse en un bocado tan valorado, debe ser que el mérito de este “plato basura” reside en su elaboración cuando se lleva a cabo con un mínimo
de cuidado. En ese caso es sin duda una sorpresa gastronómica, en la que en un principio todo parece erróneo, pero donde el final acaba en un perfecto balance. Se trata de uno más de los muchos ejemplos que encontramos por todo el sur de Europa en los que la comida para pobres se ha convertido en comida gourmet. Hablamos de la bouillabaisse de Marsella, la caldeirada portuguesa o el suquet catalán, platos todos ellos que originalmente se realizaban con pequeños pescados imposibles de vender y por los que hoy muchos somos capaces de hacer cientos de kilómetros. Por no hablar de la paella y de los ingredientes usados en sus orígenes, impensables ahora… Pero esa es otra historia que ya os contaremos.