El gran festival leonés regresa un año más a la ciudad para proponer otra manera de experimentar el vino: más libre, más alegre, más viva. El escenario elegido, una vez más, ha sido la Fundación Sierra Pambley, uno de los espacios patrimoniales más especiales de la ciudad, que se llenará de tintos, blancos, música, quesos y mucho más.
40 bodegas, una fiesta
Esta edición reunirá a 40 bodegas de referencia —y algunas joyas por descubrir— llegadas desde distintos puntos de la geografía vinícola española. Entre los nombres destacados figuran: Cantalapiedra Viticultores, Suertes del Marqués, LaOsa Vinos, Gramona, Bodegas Barbadillo, Olga Verde, Raúl Pérez, Artadi, Rafael Palacios, Marqués de Murrieta, e incluso Bodegas Tamerán de David Silva, exfutbolista y amante confeso del buen vino.
Para que el ritmo fluya, las bodegas se repartirán en dos turnos: 20 por la mañana y 20 por la tarde para que los asistentes puedan vivir la experiencia de manera relajada y sin agobios.
Comida, cata y diversión
El vino no vendrá solo. La gastronomía será otro de los grandes atractivos, con cecina artesana de Embutidos Entrepeñas y los quesos colosales de Un Contenedor de Quesos, que aportarán un contrapunto salado, cremoso y afilado al mar de aromas y taninos.
Para quienes quieran ir más allá del brindis, el festival también propone tres catas técnicas a cargo de expertos enológicos, pensadas para quienes quieren profundizar en zonas, variedades y estilos de una forma cercana pero rigurosa.
Y como no todo es decantar, llega la gran novedad: un concurso de porrón, en el que lo importante no es el vino sino la puntería, la altura y el aguante. Un guiño gamberro al lado más popular del vino, con premios, risas y algún que otro salpicón.
Música y diseño
La banda sonora vendrá de la mano de DJ The Islander y DJ Rob B Bop, que acompañarán la jornada con sesiones musicales para acompañar el brindis hasta que cierre el festival; el cual ha contado en esta edición con un cartel diseñado por Hugo Zapata en el que ha plasmado el espíritu del Gallo con una imagen gráfica potente.
Más que una feria
El Gallo Wine Fest no es solo un evento para beber vino. Es una declaración cultural. Una forma de pensar el vino fuera de clichés, como espacio de encuentro, de placer y de pensamiento. Una celebración que pone en valor la independencia creativa, el territorio y el sentido del humor.
