El Grupo Ferrero, propietario de marcas globales como Nutella, Kinder o Ferrero Rocher, ha decidido convertir España en el epicentro europeo de su gran apuesta por los helados. La compañía italiana ha anunciado un ambicioso plan de inversión de 140 millones de euros hasta 2030 para modernizar y ampliar la capacidad productiva de la planta Ice Cream Factory Comaker (ICFC), ubicada en Alzira (Valencia). Una operación que no solo redefine el futuro de su filial española, sino que sitúa a la Comunidad Valenciana en el mapa estratégico internacional del grupo.
El renacer de una histórica factoría
La fábrica, ubicada en las instalaciones de la antigua Avidesa, fue durante décadas un referente de la producción heladera en España. Tras la salida de Nestlé en 2003 y la etapa liderada por la familia Lamsfus, ICFC se especializó en la fabricación de marca blanca para la gran distribución, un segmento que llegó a representar la mayor parte de su actividad.
Ferrero entró en el accionariado en 2019 y asumió el control total en 2021. Con este nuevo plan de inversión, la planta inicia un proceso de transformación integral destinado a modernizar sus procesos industriales, implantar nuevas tecnologías y mejorar la eficiencia, la calidad y la sostenibilidad.
Adiós a la marca blanca
Como parte del rediseño industrial, el grupo ha anunciado que dejará de producir marca blanca en Alzira a finales de 2026. La decisión responde a la voluntad de concentrar la capacidad de la planta en productos propios y de mayor valor añadido.
Ferrero asegura que mantendrá el suministro regular y respetará los acuerdos vigentes con los distribuidores, y aclara que la medida afecta exclusivamente a la planta española. El resto de las instalaciones del grupo dedicadas al helado continuarán operando sin cambios.
El movimiento llega tras varios años de presión inflacionista y márgenes cada vez menores en el sector de la marca blanca, un contexto que llevó a ICFC a registrar más de 28 millones de euros en pérdidas acumuladas en los últimos tres ejercicios.
Alzira, futuro hub tecnológico europeo del helado
El objetivo del plan es claro: convertir ICFC en el hub tecnológico europeo de Ferrero en la categoría de helados. Todas las innovaciones del grupo en este segmento para el mercado continental se desarrollarán y fabricarán desde la planta valenciana.
El proyecto contempla la instalación de nuevas líneas de producción antes de 2030 y el lanzamiento de nuevos productos de marca Ferrero, que se sumarán a referencias ya presentes en su catálogo y a la histórica marca Camy, también integrada en la factoría.
La modernización se centra en automatización, eficiencia energética, tecnologías de última generación y una reorganización industrial pensada para maximizar la capacidad futura del centro.
Compromiso con el empleo y la región
En pleno proceso de transformación, Ferrero ha lanzado un mensaje de tranquilidad a la plantilla. La compañía garantiza la continuidad laboral de todos los empleados, tanto de producción como de oficina, e incluso prevé que parte de ellos puedan asumir nuevas responsabilidades dentro de la estructura renovada. Además, se implementarán programas de capacitación y formación para facilitar la adaptación de los trabajadores a los nuevos procesos y tecnologías del centro.
Franco Martino, director de Comunicación y Relaciones Institucionales de ICFC, resume así el significado del proyecto: “La elección de Alzira como sede de nuestro hub tecnológico europeo del helado es una muestra del valor estratégico de la Comunidad Valenciana en los planes de expansión del grupo. No es solo una apuesta por la innovación tecnológica, sino un compromiso firme con el desarrollo socioeconómico de la Ribera Alta”.
Con esta inversión, Ferrero aspira a reforzar su liderazgo internacional en la categoría de helados y, al mismo tiempo, transformar la planta de Alzira en un centro de excelencia industrial que proyecte la calidad y la competitividad del sector español en toda Europa.
