En una jugada que redefine el panorama de la industria alimentaria mundial, Ferrero, el grupo italiano famoso por sus marcas icónicas como Ferrero Rocher, Nutella y Kinder, ha anunciado la compra de WK Kellogg productora de los clásicos cereales Corn Flakes, All-Bran y Froot Loops por 3.100 millones de dólares (2.646 millones de euros). Se espera que la operación se cierre oficialmente en el segundo semestre de 2025, marcando uno de los movimientos empresariales más ambiciosos de la historia reciente del conglomerado familiar fundado en Alba, Italia.
Una fusión entre desayuno y postre
Lo que a simple vista parece una unión inesperada una compañía de chocolates comprando una de cereales, tiene en realidad toda la lógica estratégica del mundo. La compra abarca no solo el portafolio de productos de WK Kellogg, sino también sus operaciones de fabricación, comercialización y distribución en Estados Unidos, Canadá y el Caribe. Con esta adquisición, Ferrero refuerza su ambición de convertirse en una de las potencias alimentarias más diversificadas del planeta.
Para Ferrero, que ya emplea a más de 14.000 personas en Norteamérica y opera 22 plantas y 11 oficinas, el paso adelante es claro: entrar en el mercado del desayuno con un portafolio consolidado y muy conocido por los consumidores estadounidenses. “Esto no es solo una adquisición, es una alianza de legados”, dijo Giovanni Ferrero, presidente ejecutivo del grupo e hijo del fundador Michele Ferrero. “Nuestro objetivo no es absorber a Kellogg, sino potenciar lo que representa: tradición, confianza y millones de desayunos compartidos”.
De Italia al mundo: el crecimiento silencioso pero imparable de Ferrero
Ferrero no ha parado de crecer en las últimas décadas. Aunque en el imaginario popular sigue asociada a chocolates y cremas, la empresa ha tejido con paciencia una estrategia de adquisiciones internacionales que ha incluido:
- Thorntons (Reino Unido) en 2015.
- Fannie May y Ferrara Candy Company (USA) en 2017.
- Nestlé USA’s Confectionery Division, por 2.800 millones de dólares en 2018, que le dio acceso a marcas como Butterfinger y Baby Ruth.
- Kelsen Group (Dinamarca) y Eat Natural (Reino Unido) poco después.
Ahora, con WK Kellogg, el grupo entra de lleno en el negocio de los cereales de desayuno, un mercado maduro, pero aún muy rentable y con amplias posibilidades de innovación en salud, conveniencia y sostenibilidad.
¿Qué pasa con Kellogg?
WK Kellogg nació como una escisión en 2023 de la histórica Kellogg Company, que cambió su nombre a Kellanova y se quedó con las marcas de snacks, como Pringles y Cheez-It. WK Kellogg conservó la parte tradicional del negocio: cereales y productos para el desayuno.
Su venta llega en un momento en que el grupo buscaba estabilidad financiera y dirección estratégica tras la escisión. El precio ofrecido por Ferrero: 23 dólares por acción representa una prima del 31% sobre el valor de mercado previo al anuncio, lo que hizo que las acciones de WK Kellogg se dispararan más de un 30% en Wall Street tras conocerse la noticia.
¿Qué significa esto para los consumidores?
Aunque la operación aún debe ser aprobada por los reguladores y los accionistas, la intención de Ferrero es mantener la identidad y la herencia de WK Kellogg, al mismo tiempo que inyecta su cultura de innovación, excelencia operativa y visión global.
Esto podría significar:
- Nuevos productos que fusionen lo mejor de ambas compañías (¿cereales con crema de avellana?).
- Mayor presencia de las marcas de desayuno de Kellogg en mercados europeos o asiáticos.
- Un enfoque renovado hacia ingredientes más naturales, menos azúcar y alternativas funcionales.
Ferrero, una empresa familiar con visión de gigante
A diferencia de otros conglomerados del sector, Ferrero sigue siendo una empresa 100% familiar. Fundada en 1946 por Pietro Ferrero, ha mantenido su carácter discreto pero ambicioso. Giovanni Ferrero, su actual líder, ha sabido combinar respeto por las raíces con una agresiva expansión internacional. Bajo su mando, el grupo ha superado los 16.000 millones de euros en ventas anuales y se ha transformado en uno de los actores más poderosos de la industria global de alimentos.
Con la compra de WK Kellogg, Ferrero no solo adquiere cereales: compra historia, distribución, talento y proximidad al consumidor norteamericano. Una apuesta sólida y bien medida, en un contexto donde los hábitos alimentarios siguen cambiando, pero la necesidad de confianza en las marcas permanece firme.
La compra de WK Kellogg por parte de Ferrero marca una nueva era en el negocio alimentario mundial. El fabricante de los bombones más regalados del mundo ahora también se servirá en la mesa del desayuno de millones de hogares. Y si algo ha demostrado Ferrero en su historia, es que sabe cómo convertir cada movimiento en oro… o, mejor dicho, en chocolate y cereales.