“La retranca es el dinero de los pobres, me decía mi padre”. Abraham García, más delgado, atento a todo, muy amo de su casa en Viridiana, vecino de El Prado, dispara titulares al comensal mientras sirve. Siempre lo hizo, con ese hablar barroco, un poco punk, que ahora cuesta más entender por la dichosa mascarilla […]