Nombres propios

Encuentro con Tiago Baptista, managing director de Hugo Boss Iberia

Para Tiago Baptista el gran placer gastronómico reside en disfrutar de un ambiente en el que se pueda combinar lo formal y lo informal.

Dos años y medio viviendo en Madrid le han bastado a Tiago Baptista, managing director de Hugo Boss Iberia, para trazar una ruta gastronómica sofisticada y moderna que, al igual que ocurre con la moda, evoluciona y se reinventa cada temporada. Dos puntos clave que convergen en una idea materializada en La Maruca (Velázquez 45, Madrid), su restaurante por antonomasia. Un local inaugurado hace dos años con la mejor calidad-precio y que, según afirma, “está situado en una zona céntrica y, lo más importante, cerca de nuestra tienda principal” [se encuentra ubicada en Ortega y Gasset, 22]. Sin embargo, no es solo la localización lo que ha conquistado a este portugués. La elegancia, la calidad de los productos, el ambiente y la combinación entre lo formal e informal han sido razones suficientes que le han llevado a reservar en numerosas ocasiones, tanto para una comida con clientes como para un velada con amigos en tono más distendido. Eso… y también los buñuelos que sirven. “Siempre he venido buscando la amplia variedad que ofrece su carta, pero no puedo resistirme a los buñuelos de brandada de bacalao. Soy portugués y por tanto muy exigente con este producto, pero aquí lo hacen extremadamente bien”, confiesa. Aunque los platos marinos acaparen gran parte de la oferta gastronómica, las propuestas de temporada, tales como las alcachofas o la calabaza, también adquieren un papel fundamental en la construcción de los platos. Algo parecido, pues, al diseño de una colección. “La clave está en reinventarla. Hay una parte importante de herencia –en el caso de Hugo Boss es el mundo del traje– calidad, sofisticación y también un cierto toque de modernidad. En todas hay una inspiración, algo que ya existe y que se deconstruye para volver a ser creado nuevamente”, afirma. Una fórmula que, aunque para nuestro protagonista tenga sus particularidades y cada una de ellas (moda y cocina) deban ser analizadas y trabajadas de forma distinta, darán un único resultado: arte al servicio de los sentidos.