Hace un día precioso en la ciudad de Ellsworth, en Maine, Estados Unidos. El cielo está azul, una leve brisa acaricia las hojas y lleva consigo la esencia del Oceano Atlanico, refrescando todo a su paso… Es un día perfecto para comer langosta –o bogavante como diríamos aquí en España-.
Vas a una pequeña pescadería en un mercado dirigida por una pequeña mujer que ha trabajado ahí durante toda su vida. Entras y hueles todos los tipos de marisco, recién pescados del mar esa misma mañana por el pescador de la ciudad, que trabaja del mismo modo que lo hacían sus abuelos y sus bisabuelos. De entre todas, eliges las tres mejores langostas y la hija de la dueña de la pescadería las saca del tanque en el que estaban para que las puedas ver primero, sin ningún tipo de florituras y finalmente, tras tu aprobación, las pone en una bolsa de papel – marrón – que luego envuelve en dos bolsas de plástico. Pagas unos 7 euros por cada langosta, dependiendo del peso exacto, y vuelves a casa con tres manjares peleándose entre sí en el asiento del copiloto.
Cocinar langostas es increíblemente sencillo: llena una gran olla con agua y pon las langostas dentro y lleva a ebullición. Después de unos 8 minutos las langostas estarán listas. Con este rápido método se prepara un increíble plato, casi sin hacer nada. Después, abre las langostas con las manos y un cascanueces y moja cada trozo de este increíble manjar en mantequilla, justo antes de saborear esta delicia. Para algo un poco más fácil, puedes pelar las tres langostas y combinar la parte principal de la langosta con la cola y las patas (¡es la mejor parte!), ponerlas en un gran bol con unas cuantas cucharadas de mayonesa y hacer una simple ensalada que puede ser servida dentro de panes – mejor aún si son hot dogs – en forma de bocadillo y acompañada por patatas fritas inglesas y pepenillos. Un almuerzo típico del verano en Nueva Inglaterra para disfrutar en un picnic o en un banco en tu jardín junto a la familia y los amigos, mientras os recreáis de lo tranquilo y lo apacible que está el tiempo y disfrutáis de la ciudad que comparten tanto turistas como vecinos.
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