El rey emérito ha vuelto a Galicia, uno de los refugios nacionales al que más estima le tiene, por estar conectado a dos de sus grandes pasiones: la vela y la cocina del mar. En su paso por Sanxenxo, Juan Carlos I practicó el ritual culinario que suele llevar a cabo cuando visita la zona, disfrutar del famoso restaurante D’Berto.
La visita del ex-monarca a su marisquería favorita, que coincide con el revuelo por la publicación de sus memorias ‘Reconciliación‘, cuenta con una larga historia de fidelidad gastronómica. En él, se deleitó con una extensa comida alargada hasta las cinco y media de la tarde, de la que no se ha desvelado el menú, aunque probablemente degustaría una sinfonía marina de nécoras, cigalas, rodaballos o bogavantes que han catapultado a la fama esta discreto local de O Grove.
Juan Carlos I, relajado y sonriente, abandonaría la comida revelando a los periodistas que «tenía muchas ganas de volver a vivir en España», antes de subirse al coche de su amigo Pedro Campos con el que ha compartido infinidad de aventuras y regatas.
