Lejos de las excentricidades del rock and roll, Elvis tuvo unos gustos y unas preferencias gastronómicas más asociadas a la esfera terrenal que al stardom. Una de sus comidas favoritas podía (y aún puede) encontrarse en un restaurante mexicano en concreto de California: las judías rancheras con té helado.
El local, llamado Las Casuelas Original, sigue existiendo en la actualidad, y se considera una de las grandes instituciones atemporales de Palm Springs, que lleva sirviendo auténtica cocina mexicana generación tras generación desde 1958.
El icono se convirtió así en uno de los comensales más habituales del restaurante a finales de los sesenta y principios de los setenta. Incluso tenía un sitio en el que siempre prefería sentarse, como un reservado que le permitía estar más lejos del foco público.
Aquellos que quieran comer como Elvis Presley en el restaurante podrán hacerlo, puesto que los frijoles rancheros que pedía siguen vigente en su carta. Sin embargo, se desconoce es si su receta ha sufrido algún cambio desde entonces, tras haber transcurrido una serie de décadas.
Más allá de este plato mexicano, el rey del rock fue un gran fan de las comidas caseras como el clásico americano sándwich de mantequilla de cacahuete y plátano, el cual le gustaba comérselo a la plancha, así como el pastel de carne y las hamburguesa con queso.