Osborne, propietaria de marcas como Cinco Jotas, Caviar Riofrío, la ginebra Nordés, Bodegas Montecillo, Carlos I, Anís del Mono o los jereces Osborne, ha elevado sus ventas un 14% en 2022, hasta alcanzar los 241 millones de euros respecto a los 211 millones de euros registrados en 2021, según informa en un comunicado.
En concreto, el resultado bruto de explotación (Ebitda) de la multinacional española, que ha celebrado su junta general de accionistas en las que se han aprobado las cuentas anuales de la firma, ha ascendido a los 38,6 millones de euros, lo que supone un 9% más.
La compañía ha indicado que los resultados de 2022, ejercicio en el que celebró su 250 aniversario, muestran que la empresa ha reforzado su posición respecto a 2019, último año anterior a la pandemia. Así, entre 2019 y 2022 se han incrementado las ventas y el Ebitda y se ha reducido la deuda bancaria en más de un 50%.
Además, estos datos se acompañaron de un mayor peso de las ventas procedentes de marcas propias, del negocio internacional y de las marcas más premium del portafolio sobre la cifra total del negocio, en línea con el Plan Estratégico de la compañía.
Osborne ha precisado que las buenas cifras de 2022 han sido posibles a pesar de que la compañía «sólo ha repercutido parcialmente en sus precios la importante subida de costes industriales».
El dueño de Cinco Jotas y Bodegas Montecillo ha explicado que los datos han sido fruto de la ejecución de las principales líneas del plan estratégico, entre las que figuran el refuerzo del portafolio de marcas, la internacionalización, la digitalización, la consolidación industrial, la revisión del modelo comercial y llegada al mercado, la desinversión de activos no estratégicos, el refuerzo de la organización y cultura internas, y el ejercicio de la responsabilidad social corporativa canalizada prioritariamente a través de la Fundación Osborne.
Además, la compañía invirtió más de 10 millones de euros en 2022, orientados a reforzar la eficiencia en las operaciones y a asegurar los objetivos de sostenibilidad que se ha marcado la firma en esa materia.
Por otro lado, en la junta general de accionistas se informó del nombramiento de Sofía Osborne Coloma como nueva presidenta de Osborne, de acuerdo con el proceso de sucesión iniciado hace un año, por lo que ésta fue la última presidida por Ignacio Osborne Cólogan, presidente desde 2017, y que previamente fue consejero delegado entre los años 1996 y 2017.
Ignacio Osborne ha señalado en su discurso que «los últimos tres años han sido extraordinariamente complejos». «De mis 30 años en Osborne puedo decir que el período 2020-2022 ha sido el más complejo y retador. El impacto de la crisis del Covid sobre el corazón de nuestro negocio, la crisis en la cadena de suministro, la extraordinaria subida de los costes -energía, materias primas, tipos de interés-, el impacto de la guerra de Ucrania, la inflación, la constante volatilidad del entorno han supuesto un reto inédito en nuestra historia reciente», ha indicado.
«Estudiando el archivo histórico de Osborne, podemos comprobar que nuestra compañía, durante sus 250 años de existencia, ha superado retos iguales o más complicados a los actuales, de los que siempre ha salido reforzada. Estoy muy orgulloso de cerrar mi etapa al frente de Osborne con la empresa en una posición aún más robusta de la que ya tenía en 2019», ha asegurado.
Por su parte, Sofía Osborne ha reconocido que asume la presidentia del grupo con «enorme ilusión y sentido de la responsabilidad, con la ambición de preservar el legado recibido y de continuar reforzando la compañía en línea con su plan estratégico».