El consumo de carne fresca aceleró su descenso en enero y se redujo un 2,5% en el primer mes del año, según los datos presentados por NielsenIQ en el 23 Congreso Aecoc de Productos Cárnicos, ha explicado la entidad en un comunicado este martes.
Según los datos de la consultora, el consumo de carne fresca cayó
un 0,9% a cierre de 2022 y el precio es un factor determinante en las diferentes categorías del sector cárnico, ya que la charcutería cerró 2022 con un crecimiento en el volumen de compra del 1,1%, «gracias, en parte», a una mayor estabilidad en la evolución de sus precios.
En conjunto, el volumen de compra de productos cárnicos en 2022 cayó un 0,3% en 2022, mientras que la facturación del sector creció un 7,1% por efecto de la inflación.
Por otro lado, la consultora ha constatado «el buen comportamiento de los platos preparados cárnicos», que aumentó un 3,0%, con un aumento del valor del 17%.
Este crecimiento está relacionado con un cambio de hábitos que se acentuó tras la pandemia, «con consumidores cada vez más interesados en soluciones convenientes».