El comercio minorista alimentario ha reducido sus márgenes empresariales en los últimos dos años, pese a que los precios de los alimentos han terminado febrero con una inflación del 16,6%, según datos de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc).
Aecoc estima que, en 2022, las empresas del sector asumieron costes superiores al incremento de precios que repercutieron, pues los costes agrarios se han incrementado un 45,8% en el último año. Esto redujo los márgenes de beneficio de los comerciantes de la cadena alimentaria a pesar de que, en el ejercicio pasado, la mayoría de ellos redujeron sus gastos.
«En el contexto actual, todos los eslabones de la cadena agroalimentaria están reforzando su colaboración y diálogo para ser más eficientes y asumir parte del incremento de los costes», ha señalado el director general de Aecoc, José María Bonmatí.
La inflación alimentaria del 16,6% registrada en España en el mes de febrero superó en casi un punto porcentual a la de Francia (15,8%), pero fue inferior a la de otros países europeos como Alemania (21,8%) o Portugal (21,5%).
Asimismo, el Índice de Precios en Origen y Destino de los Alimentos (IPOD), que indica cuánto se multiplica el precio desde origen de los productos hasta el consumidor, se ha reducido al 3,66, casi un punto por debajo de la media de 4,4 que se registraba en los últimos cinco años.
Por otro lado, Aecoc estima que, de no haberse aplicado la reducción del IVA a productos de primera necesidad, el incremento de los precios superaría ahora el 18%. Sin embargo, la asociación considera que esta rebaja debería haberse extendido a carnes y pescados, lo cual habría reducido la inflación hasta el 14,9%.