El chef Aurelio Morales se suma al proyecto gastronómico de Abya, el nuevo espacio sensorial ubicado en el emblemático Palacio de Saldaña de Madrid, en el que se unirán gastronomía, cultura, ritmo y arte, según ha informado en un comunicado.
En concreto, el cocinero, junto a su equipo, ofrecerá a partir de principios de 2023 una cocina libre y sin ataduras, conectando la gastronomía del mundo con la de Latinoamérica, sirviendo al comensal elaboraciones que aúnen lo mejor de cada una de ellas.
«He dejado el sueño de toda mi vida por estar aquí y cumplir otro. Tengo plena confianza y admiración en Manuel González, propietario de Abya, y en todo el equipo que forma parte de este proyecto. Nuestro reto ahora es montar un restaurante que se convertirá en un referente de la gastronomía de la capital, en un palacio situado en el barrio más representativo de Madrid, una ciudad que está entre los destinos de ocio favoritos a nivel internacional», ha señalado Morales, que dejó su restaurante Cebo, con el que consiguió una estrella Michelin y dos soles Repsol.
Abya toma su nombre de la denominación más antigua que se conoce para referirse al territorio americano y significa ‘tierra viva’ o ‘tierra en plena madurez’, una idea que se ve reflejada en su propuesta gastronómica.
Detrás de este nuevo espacio se encuentra el Grupo Hemisphere, del empresario mexicano afincado en España Manuel González, que anunció el pasado mes de abril la compra y remodelación del emblemático Palacio de Saldaña, en una operación valorada en más de 50 millones de euros, para convertirlo en un nuevo concepto gastronómico.
En concreto, el edificio, que es obra del arquitecto Joaquín Saldaña y López, quien desarrolló su propio estilo conocido como el ‘estilo Saldaña’, cuenta con 1.000 metros cuadrados que están repartidos en cuatro plantas y está dotado de un jardín interior que suma 450 metros cuadrados.
Ubicado en el número 32 de la madrileña calle de José Ortega y Gasset, en plena ‘milla de oro’ de la ciudad, la construcción del Palacio de Saldaña data de 1906 y representa en la actualidad uno de los ejemplos más llamativos de la arquitectura afrancesada que imperó en el Barrio de Salamanca a principios del siglo XX.