Cerca de 6.000 agricultores y ganaderos de todo el territorio español han participado este martes, según las organizaciones convocantes como Asaja, COAG, UPA y Cooperativas Agroalimentarias, en la protesta ante los ministros de la Unión Europea (UE) que se reúnen en Córdoba, todo ello para «exigir un cambio en la política agraria europea que garantice el sistema alimentario y un modelo profesionalizado de agricultura».
En declaraciones a los periodistas, el presidente nacional de Asaja, Pedro Barato, ha asegurado que «es un día importante y debe ser el comienzo de un trabajo de todas las organizaciones agrarias para intentar modificar la atrocidad que se ha hecho en la política agrícola común con respecto a nuestro país». Los ministros europeos «tienen que oír al campo español», que necesita «una política totalmente distinta», ha dicho Barato, quien ha agregado que «es una pena que tenga que estar el campo español permanentemente exigiendo poder trabajar», por lo que «hoy se le dice al gobierno de la Unión Europea y al ministro español, ‘basta ya’ y que hagan caso a los problemas que tiene el campo».
Por su parte, el secretario general de COAG a nivel nacional, Miguel Padilla, ha hecho hincapié en que «no estamos en contra de Europa», sino «de las políticas que se hacen en Europa con respecto a la actividad agraria». Así, ha señalado la «asfixia» que tienen los productores a consecuencia de las «miles y miles de normas» de la Unión Europea, recalcando que «no somos delincuentes, somos productores de alimentos». Además, ha criticado que a los agricultores y ganaderos de la Unión Europea se «nos piden 20.000 requisitos», mientras que a los productos de terceros países «no se les pide absolutamente nada».
Entretanto, el vicesecretario general de UPA Federal, Cristóbal Cano, ha lamentado que, «poco a poco, el agricultor y el ganadero dejan de estar en el centro de las políticas europeas y nos preocupa la orientación que otros sectores productivos y que otros lobbies de influencia están teniendo». La agroganadería es «una actividad esencial, una actividad que estamos dispuestos a hacerla de una forma sostenible porque a nadie se le ocurre que los agricultores y ganaderos le demos la espalda al medio ambiente, todo lo contrario, formamos parte del paisaje» y para ello «necesitamos la complicidad y los apoyos de las instituciones europeas».
Por último, el presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Fulgencio Torres, ha reivindicado que el agua que piden los agricultores, ganaderos y cooperativistas «la utilizamos para producir alimentos» y no la «despilfarramos» porque es «un bien natural escaso». «Para nosotros el agua es la vida», ya que «una agricultura, una ganadería y sin agua no tiene futuro, está muerta».
Según las organizaciones agrarias, la concentración responde a «la situación de indefensión que vive el sector agrario, amenazado por las políticas de la UE y la creciente competencia desleal de terceros países y gravemente atenazado por el encarecimiento de los costes de producción, la sequía y la falta de rentabilidad de las explotaciones», por lo que exigen «soluciones políticas coherentes en materia de cambio climático, seguridad alimentaria y protección del tejido productivo nacional y europeo».
Así, los agricultores y ganaderos aprovechan la reunión de ministros de Agricultura de la UE, que cuenta con la asistencia del comisario de Agricultura y Desarrollo Rural, Janusz Wojciechowski, para «reclamar unas nuevas reglas del juego, donde la alimentación, garantizada desde el sistema productivo, construido sobre la seguridad y la calidad, se convierta en una cuestión de máxima prioridad para la UE».
De este modo, el campo español reclama «un trato igualitario para las producciones europeas y las de terceros países» y consideran «fundamental intensificar los controles en frontera para garantizar la entrada de alimentos producidos bajo las mismas exigencias fitosanitarias, laborales y de calidad a las que están obligados los productores europeos».
Además, señalan que «los acuerdos de libre comercio de la UE, caso del Mercosur, utilizan de forma sistemática al sector agrario como moneda de cambio, obligando al cierre a miles de explotaciones agrícolas y ganaderas de toda Europa».
Igualmente, las organizaciones convocantes recuerdan que «la última reforma de la Política Agrícola Común (PAC) aprobada por Bruselas exige más con menos recursos». «Estrategias como la ‘De la granja a la mesa’ o la Ley de Restauración de la Naturaleza se quedan en meras políticas de escaparate verde si no cuentan con una hoja de ruta realista y medidas de apoyo mucho más ambiciosas para que los agricultores profesionales puedan acometer la transición de manera justa, equilibrada y rentable», advierten.
Por todo ello, Asaja, COAG, UPA y las Cooperativas Agroalimentarias reclaman a los ministros de Agricultura de la UE «un viraje en las políticas agrarias y la consideración de la alimentación como asunto de máxima prioridad», para lo que «es indispensable proteger al tejido productivo, los agricultores y ganaderos europeos, para que puedan cumplir con su función básica de proporcionar alimentos sanos y seguros a la sociedad a precios razonables», remarcan.